Raimundo Fitero
Catastrofismo
En México y en otros lugares de la zona las lluvias torrenciales están causando daños de gran magnitud. En Oaxaca, zona muy afectada se produjo un desmonte que arrastró a varios poblados. Las imágenes que sirven las televisiones son realmente espectaculares. En Veracruz, por ejemplo, se han desbordado varios ríos y las inundaciones son tan impresionantes que cuesta entender que en estas circunstancias se pueda sobrevivir, o lograr una normalidad en un tiempo prudencial, ya que son kilómetros y kilómetros de tierras anegadas, poblaciones arrasadas, colapso hídrico que impide que algunos ríos desemboquen en el mar, una catástrofe de esas que parecen ser cíclicas y estacionales, pero que indudablemente han aumentado su virulencia, y en eso algo tendrá que ver el negado cambio climático.
Pero si estas desgracias naturales, o menos, son una catástrofe, en estos días se ha unido otra catástrofe, en esta ocasión informativa, ya que en el primer momento el gobernador de la zona aseguró que existían más de doscientos muertos en Oaxaca. Todos los medios de comunicación, sin pensarlo dos veces, difundieron este parte catastrofista. Vistos en directo los noticiarios de primera hora de la mañana hablaban de una desgracia humanitaria. Hasta que al llegar los servicios de rescate se rebajó esa cifra a once personas y otra media docena de desaparecidos. Muchos, pero la diferencia es notable. La primera información salió desde un lugar de los considerados dignos de crédito, ¿qué sucedió?
Nadie lo sabe. No obstante en la noche del miércoles en un programa titulado «Tercer grado», se habló de ello, se debatió, en unos niveles de libertad de expresión, de claridad expositiva, de posicionamiento que no se encuentra en nuestras cadenas. Eran políticos, periodistas, o sea, tertulianos y se llegó a la triste conclusión de que ha desaparecido del hábito periodístico comprobar los contenidos de notas de prensa, comunicados, intoxicaciones varias. Sin entrar a analizar si existieron motivaciones políticas para lanzar esa mentira o exageración, lo cierto es que los medios de comunicación la aumentaron sin comprobar ningún dato. La urgencia no es excusa suficiente.