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Una leyenda tradicional de la India en el Nuevo Mundo

«Cielo»

Con un retraso de dos años se estrena una de las realizaciones más curiosas de Deepa Mehta, quien sigue explorando en los contrastes entre la India y Canadá, entre lo viejo y lo nuevo, pero en «Cielo» lo hace combinando el realismo social con la leyenda. De esta forma, el maltrato a la mujer escapa de su dimensión terrenal y se refugia en lo onírico y fantástico.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

«Cielo» llega a nuestras pantallas con dos años de retraso y el título recortado, ya que el original es «Heaven on Earth», y debería haber sido respetado íntegramente, puesto que lo que la realizadora quiere expresar es que hay un cielo en la tierra para las mujeres que sufren a causa de los malos tratos. La razón de ese recorte, conociendo a los distribuidores, se debe a que para las películas que componen su famosa trilogía de los elementos Deepa Mehta utilizó títulos con una sola palabra: «Fuego», «Tierra» y «Agua».

Sin embargo, no fue siempre ésa la tendencia utilizada por la realizadora india afincada en Canadá, ya que sus primeros largometrajes llevaban los nombres propios de sus protagonistas. En 1988, debutó con la película feminista «Martha, Ruth & Edie». Tres años más tarde, se pasó a los personajes masculinos dentro de una relación homosexual con «Sam & Me», que iniciaba la temática principal de su obra, dedicada al reflejo de la problemática de la inmigración desde la India a Canadá, desde la perspectiva del enfrentamiento entre las tradiciones culturales de su país de origen y la modernidad occidental del país de acogida.

En 1994 hizo su única incursión en Hollywood, por lo que «Freda y Camilla» sirvió para darla a conocer internacionalmente. Era un melodrama de relación intergeneracional entre dos mujeres, concebido como vehículo de lucimiento para las interpretaciones de Bridget Fonda y la octogenaria Jessica Tandy, que venía de ganar el Óscar por «Paseando a Miss Daisy». Se despidió de la actuación con esta película de carretera, inspirada en el éxito de «Thelma y Louise». Deepa Mehta prefirió alejarse después de ese tipo de producciones convencionales, iniciando su trilogía de los elementos con «Fuego», que ganó el Premio del Público en el Festival de Toronto. Supuso su regresó a la India de forma intermitente, hasta culminar hace cinco años el proyecto con «Agua», seleccionada por el cine indio para competir por el Óscar a la Mejor Película Extranjera.

Eso no impidió que la polémica y las protestas acompañaran el rodaje de la tercera entrega, al poner al descubierto tradiciones fundamentalistas, como la de condenar a la viudedad para toda la vida a las niñas casadas con ancianos a la fuerza. Tal vez por ello se mostró más conciliadora en «Bollywood/Hollywood», que ilustraba las diferencias de mentalidad y argumentos en los cines de ambas industrias en una comedia ligera con coloristas números musicales. Su filmografía se completa con el drama romántico totalmente occidental «The Republic of Love», si bien es conocida a nivel profesional por dirigir capítulos de la serie de televisión «Las aventuras del joven Indiana Jones».

Un matrimonio concertado

«Cielo» se compone de dos partes perfectamente contrastadas. La primera es un drama social de corte realista, en el que Deepa Mehta sigue la dura existencia de una joven india que es enviada a Canadá para contraer un matrimonio concertado, porque su familia piensa que es la mejor manera para que todos puedan acabar instalándose en el nuevo destino. Pero ella se ve completamente sola y abandonada a su suerte en un lugar desconocido y, lo que es peor, unida a una familia política que no conoce y de la que no tarda en empezar a recibir malos tratos.

La familia en cuestión está anclada en costumbres arcaicas, dado que el sometimiento al marido es respaldado por la suegra, que consiente y apoya las humillaciones y la violencia sexista. A «Cielo» se le ha criticado que los personajes del marido y de la suegra, respectivamente interpretados por Vansh Bhardwaj y Balinder Johal, no tengan matices y respondan a un perfil melodramático muy maniqueo.

En cambio, el protagonismo recae en la actriz Preity Zinta, que es toda una estrella en Bollywood, por lo que el gran público de la India se va a identificar en todo momento con su papel de víctima.

En defensa de Deepa Mehta hay que decir que cuanto ocurre en esa primera parte es deliberado, porque la realizadora renuncia a su habitual esteticismo en favor de un estilo más sobrio y directo rodado en 16 mm resaltando la fotografía con grano. Se trata de acentuar la visión realista de los padecimientos de la protagonista para que contrasten con una segunda parte liberadora a través de la fantasía y de una interpretación de la cara positiva de la cultura tradicional y sus leyendas.

Deepa Mehta se ha inspirado para realizar la segunda parte de su película en la obra teatral «Naga Mandala», donde el autor indio Girish Karnad recrea la vieja fábula de la cobra, acerca de una mujer que es infeliz con su matrimonio, hasta que una serpiente le visita tomando la forma de su marido, pero totalmente transformado en un hombre bueno.

En «Cielo» tal aparición no sucede de buenas a primeras, sino que se da un proceso para ello. La protagonista no tiene a nadie y se siente presa dentro de una familia hostil, por lo que únicamente encuentra ayuda en el exterior, en una compañera de trabajo. Como su nueva amiga inmigrante es de origen jamaicano, quiere ayudarle con remedios de su tierra, dándole a probar unas raíces medicinales que, según ella, harán que su marido caiga rendida a sus pies.

La esposa maltratada no toma correctamente las raíces, lo que provoca unos resultados que no son exactamente los previstos. Es cierto que el marido empieza a sufrir transformaciones pero, cuando así ocurre, la imagen que se refleja en el espejo no es la de un ser humano, sino la de una serpiente enroscada, la cobra de la fábula.

La derivación fantástica y onírica de la película está perfectamente integrada, gracias a que Deepa Mehta ha utilizado unos efectos ópticos muy modestos que aportan naturalidad a la imagen, sin que choque con el realismo mantenido hasta la mitad de «Cielo».

Además, en todo momento queda claro que el sueño de una relación feliz acontece en un estado puramente mental de la protagonista, la cual desarrolla el recurso imaginativo para liberarse de la opresión a la que es sometida. Es una consecuencia lógica del aislamiento emocional y la presión que sufre, y de los que solamente puede escapar mediante ese tipo de evasión sicológica.

En resumidas cuentas, la personal opción que ha tomado la realizadora de origen indio en «Cielo» ha sido vista como un original tratamiento de la problemática de los malos tratos y la violencia machista, en cuanto que muestra una interiorización de esas agresiones por parte de la mujer, mediante la cual contrarrestar la presión externa. El público se verá sorprendido por el giro que da la película, mediada la proyección, con la satisfacción de asistir a un desarrollo argumental inesperado y nada previsible. Es algo que se agradece en unos tiempos abonados a los esquemas trillados.

ENVIADA A CANADÁ

Deepa Mehta sigue la dura existencia de una joven india que es enviada a Canadá para contraer un matrimonio concertado, porque su familia piensa que es la mejor manera para que todos puedan acabar instalándose en el nuevo destino.

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