El gallego Rodrigo Cortés ha sido saludado por la prensa extranjera como el nuevo Hitchcock o el Hitchcock latino, por cuanto podría ocupar el lugar sucesorio del maestro del suspense que tanto se le ha resistido a Shyamalan. No son calificativos exagerados, puesto que talento para el género le sobra, y lo suyo es imponerse retos técnicos y narrativos como los que en su día desafió el maestro inglés con «La soga» o «Náufraggos».

Ya con su falso documental «15 días» y con su ópera prima de ficción «Concursante», Rodrigo Cortés apuntaba muy alto en originalidad y capacidad para sorprender al espectador más escéptico. Misiones que cada vez son más difíciles, por la sencilla razón de que en cine ya se ha hecho todo lo que se podía hacer. En ese sentido, el gallego puede ser visto como un mago que es capaz de sacar ideas imposibles de la nada y materializarlas para asombro de propios y extraños.

«Buried» ha sido comprada en todos los países con distribución cinematográfica, lo mismo que cualquier gran producción de Hollywood, con la diferencia de que ha costado solamente dos millones y medio de euros, que no es nada habida cuenta de que el grueso del montante se lo ha llevado la contratación del conocido actor canadiense Ryan Reynolds, marido de la actriz Scarlett Johansson, quien ayudó a convencerle viendo juntos «Concursante».

El secreto de «Buried» está en el diseño de siete ataudes, preparados para obtener diferentes ángulos de cámara. En su interior, el protagonista únicamente cuenta con elementos como un mechero con poco gas y un móvil sin apenas cobertura para intentar sobrevivir, así que deberá agudizar el ingenio.