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Arizona Baby, alternativos y populares en clave folk-rock y blues

Como trío acústico llevan desde 2003, pero Arizona Baby no despuntó hasta el año pasado, cuando, por un casual cruce de caminos, terminaron en el sello Subterfuge, siendo la sensación alternativa de la temporada. Se les puede ver hoy, en Kafe Antzokia de Bilbo, a las 21.30.

P. CABEZA | BILBO

Arizona Baby fueron la sorpresa de 2009 con la publicación de «Second to none», que no era su primer disco, sino la segunda apuesta. En 2005 autoeditaron «Songs to sings alone», que vendió las dos mil piezas publicadas, pero que no les condujo a ninguna meta crucial. No obstante, sin esa primera experiencia y el empeño que le pusieron, no habría sucedido lo siguiente, lo inesperado: que los componentes de un grupo acústico, con algunas carencias vocales, en formato trío, barbudos y peludos, y cantando en inglés, pudieran encontrar un sello que apostara por ellos y que, además, les iban a salir los suficientes conciertos como para vivir por la música y de ella. «Malvivimos, que no es poco -nos matiza Javier Vielba, voz y guitarra-. Para poder malvivir de esto hay que trabajar mucho, no queda tiempo para otras ocupaciones. ¿Hay vida fuera de la música?». Algo queda, pero bien saben los aficionados y los profesionales de esto que la magia de unos acordes supera los beneficios espirituales de una religión.

Arizona Baby seguirían de bar en bar de no ser que por una casualidad les viera una noche el periodista radiofónico José María Rey, quien alucinó con ellos. La cuestión es que, de haber sido extranjeros, el receptor se habría quedado con la curiosa propuesta y el efecto placebo que produce la buena música de raíces en los sesenta/setenta, pero nada más. Al descubrir el origen, ibérico, los beneficios medicinales de la música se multiplicaron por la sorpresa y la extraña y vital oferta musical, de tal modo que feromonas y serotoninas del veterano ex Radio 3 brincaron colocadas por todo el cerebro. Después fue mover cuatro teclas -tampoco hay muchas más que menear- y el trío tenía otro futuro.

Para adultos y niños

«Por lo que sea, gustamos a gente que controla de música y a gente que pasa de todo. Lo mismo ocurre con las franjas de edad, sexo, raza, filosofía de vida o gusto musical. Nuestro público se pasa las etiquetas por el arco del triunfo: nosotros también», precisa Javier, Es cierto, su música perfora la tierra de los cincuenta, sesenta y setenta. Se percibe para gente veterana embadurnada de sicodelia, folk, country y rock, pero la propuesta es tan atemporal y brillante, que sólo hace falta sensibilidad, percepción, un poco de cultura arcana, si acaso, y ya estás enchufado a Arizona Baby.

De otra parte, en la zona oscura de la música se vive un relanzamiento del folk-rock, de lo acústico, del rock básico, del tripi... por lo que los elementos comunes a generaciones separadas artificialmente por la edad, se quedan en poco o en nada. «Maduramos con la música de gente que creció en los 70; con eso, casi te lo digo todo. Piensa que los grupos de los 80-90 con los que nosotros crecimos estaban influidos por bandas de los 60-70 con las que sus miembros crecieron. Nosotros hemos seguido escarbando en el túnel del tiempo y nos lo traemos a casa, poniéndolo al día y bajo nuestra propia perspectiva. Seguimos aprendiendo y esperamos poder pasar el testigo a otros que vengan en el futuro», explica Vilelba.

En cuanto a un potencial cambio a eléctrico, Javier sitúa: «Venimos de bandas anteriores en formato eléctrico y seguimos quemando válvulas a diario. Vemos Arizona Baby como una banda de canciones, más allá de formatos o ejercicios de estilo. No creo que nadie se enfade porque usemos un piano o un cuarteto de cuerda en tal o cual canción... ¿qué problema habría con una guitarra eléctrica?

¿Estarán America, Neil Young, Leadbelly. Little Richard... o Violent Femmes en su próximo disco? «Las canciones son las que mandan», sentencia taxativo Javier Vielba.

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