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CAPITAL CULTURAL EUROPEA 2016

Donostia sigue «en la pelea» con otras cinco capitales estatales

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Itziar AMESTOY | DONOSTIA

Hubo de todo en las reacciones de las delegaciones de Donostia e Iruñea, ambas candidatas hasta ayer a ostentar el título de Capital Cultural en 2016: celebración para algunos, decepción para otros. El comité de selección dio ayer a conocer la lista de seis ciudades que han pasado la primera de las varias fases del largo proceso de selección que, tras una fuerte inversión económica y de energías, terminará con una única elegida. La lista de las preseleccionadas la forman, junto a Donostia, Córdoba, Burgos, Segovia, Las Palmas y Zaragoza. Iruñea se quedó ayer fuera de esta carrera.

La de ayer, por lo tanto, era la primera prueba que superaban las candidaturas, que hasta el momento sólo habían tenido que presentarse y defender un proyecto. Aun así, las muestras de alegría de la delegación donostiarra no se hicieron esperar. Duñike Agirrezabalaga, delegada de Barrios y Participación Ciudadana del Ayuntamiento, se mostró convencida de que este primer paso «le llevará a la meta de la capitalidad europea de la cultura en el 2016». Desde Madrid, valoró esta preselección como signo de que la «sociedad donostiarra se cree el proyecto y ha hecho suyo el esfuerzo por lograr que en 2016 Donostia sea capital cultural», informaba el Ayuntamiento en una nota de prensa. Su sentencia: «No tengo la menor duda, Donostia será Capital Cultural de Europa en 2016».

Las felicitaciones se sucedieron desde diferentes órganos; entre ellos, el Festival de Cine de Donostia se alegró de que la capital haya logrado «iniciar el apasionante viaje» y pasar a la siguiente fase. Algo más cauta se mostró la comisaria europea de Educación, Cultura, Multilingüismo y Juventud, Andreoulla Vassiliou, que felicitó a las «numerosas» urbes que han sido preseleccionadas.

Hasta que llegue 2016 y alguna de las seis ciudades del Estado español ostente el título, aún queda un camino largo. A partir de este momento, las candidatas preseleccionadas tendrán nueve meses para completar sus propuestas. En octubre de 2011, el comité de selección las volverá a evaluar, para poder recomendar el nombramiento de una única ciudad. Las valoraciones que la seis ciudades preseleccionadas realizaban no parecen anunciar ninguna cautela respecto a los meses que cuentan para terminar su proyecto.

Cuando se acabe designando un único lugar, el Estado tiene que acudir al Parlamento Europeo, a la Comisión Europea, al Consejo y al Comité de las Regiones. De ahí acaba saliendo la designación oficial, pero el asunto no acaba aquí. Se crea, posteriormente, un Comité de Seguimiento para que «vele por el cumplimiento de los contenidos y el desarrollo del programa por la ciudad designada hasta que la manifestación tenga lugar». Y es aquí cuando las ciudades, si cumplen en su programa con los requisitos y las recomendaciones efectuadas, pueden obtener un premio en metálico. Previamente, las administraciones habrán ido desembolsando sus cantidades correspondientes.

En el caso de Donostia, un convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Donostia, la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno de Lakua es la base por la que las tres administraciones apoyan la candidatura como una «oportunidad para impulsar nuevos equipamientos culturales». Este acuerdo ha servido para dotar de presupuesto a la campaña desarrollada en 2009 y en 2010; con lo que previsiblemente será reeditado para poder asumir los nuevos gastos que la continuación de Donostia en la carrera comporta. En el 2009, del total de 1,2 millones de euros destinados a la candidatura, aún ni preseleccionada, 50% provenían del Consistorio y la otra mitad a partes igual de las arcas de la Diputación y el Gobierno de Lakua. Para el 2010, los porcentajes cambiaron y, mientras la Diputación de Gipuzkoa mantuvo el 25%, Ayuntamiento y Lakua se repartieron el otro 37,5%.

Jolgorio incontrolado

En la rueda de prensa que ofreció ayer por la tarde el Ministerio de Cultura español se pudieron vivir incluso algunos momentos divertidos. El presidente del comité de selección, Manfred Gaulhofer, protagonizó dos confusiones por cuestiones idiomáticas y por los ánimos enervados de la sala. Cuando Gaulhofer comenzó a enumerar las quince candidaturas, tal vez debido a su pronunciación o a los nervios, se comenzaron a oir gritos de celebración... pero no era la lista de los elegidos, como tuvo que aclarar apresuradamente. A Gaulhofer los preseleccionados también se le «soliviantaron» un poco, porque, con su alegría, impedían que se oyera el resto de los nombres de las ciudades. Tuvo que recriminarles y pedirles que guardaran las formas.

Poco presupuesto de Iruñea

Para que el jurado -formado por siete personas nombradas por las administraciones europeas y seis por el Gobierno central- pudiera decidir quiénes estaban preseleccionados, esta semana las diferentes candidaturas han presentado su proyecto en el Museo Reina Sofía. Ayer fue el turno de Iruñea. La impresión que de esa reunión se llevó la alcaldesa Yolanda Barcina choca frontalmente con la decisión final del jurado. Según recogía la agencia Efe, Barcina declaró que la presentación del proyecto había sido calificada por el jurado como «dinámica, apasionante, didáctica y bien estructurada».

La financiación fue uno de los aspectos que sorprendió al jurado, por el «escaso presupuesto» presentado. Fue Barcina quien alardeó de esta impresión. Según el Informe Palmer, un estudio solicitado por la Comisión Europea para valorar el impacto de este título, el gasto medio por habitante de las ciudades que lo ostentaban es de una media de 257 euros, mientras que en Iruñea hubiera sido, en el periodo 2011-2016, de 134 euros, cantidad que ahora se podrán ahorrar.

Iruñea había basado su candidatura en el concepto de fiesta. «Encuentros en Pamplona 2016. La Fiesta de la Cultura» fue el lema elegido, aludiendo a sus internacionales Sanfermines y a lo encuentros que en el 72 reunieron a la vanguardia cultural. Desde la izquierda abertzale calificaron de «previsible» la decisión del jurado. «El fracaso viene dado porque ni UPN ni Barcina han creído en el mismo. Se trataba de una pantalla más que le posibilitase propaganda gratuita». También sitúan la falta de participación ciudadana como otra razón. Respecto al programa, aseguran que estaba basado en elementos «cuestionados desde el propio equipo de gobierno». Las fiestas, eje de la candidatura, «están siendo criminalizadas y privadas de sus valores más intrínsecos, en un intento baldío de convertirlas en un espectáculo de consumo».

Barcina tuvo otra valoración completamente distinta sobre el fallo, comparándola con unas oposiciones: «Nos hemos presentado a una oposición, hemos hecho un trabajo con una muy buena calificación en el examen, pero nos hemos quedado sin plaza». La plaza no, pero al siguiente examen, con fecha julio 2011, se presentará Donostia. Por delante, un año para preparar su candidatura.

Iruzurrak 2016, udal kudeaketarekin kritiko

Donostia 2016 Hautagaitzak kontrako iritzi ugari sortu ditu azken hilabeteetan hiritar askoren artean. Esaterako, Iruzurrak 2016 plataforma sortu zen Donostiako Udala kanpaina horren inguruan gauzatzen ari zen kudeaketa salatzeko. Beren iritziz, «onartezina» da «beren promozio diskurtsoetan bertoko herritar zein atzerriko eragileei gure hirian darabilten jardunaren inguruan iruzur egitea». Hala, herritarren parte hartze aktiboa bultzatzen edo herritarren sormena sustatzen duela esan du Udalak eta, alde horretatik «udal funtzionamenduarekin bat etor» zitezkeela nabarmentzen dute, «baina hori ez da errealitatean gertatzen». Izan ere, egunerokoan horrela lan egin ahal izateko «Udalaren etengabeko trabak» dituztela salatzen dute.A.K.

¿En qué consiste la capitalidad?

A pesar de que los habitantes de Donostia e Iruñea habrán oido mencionar a la Capital Europea de la Cultura, no existe una idea muy clara sobre su definición o sentido. Se puede resumir como un título que las instituciones europeas otorgan durante un año a dos o tres ciudades. Cada año hay dos países escogidos que, a su vez, deben presentar una de sus ciudades. En este largo proceso, el de la selección, es el que nos encontramos actualmente. 2016 ha sido el año en el que el Estado español y Polonia tendrán la Capital Cultural. Iruñea y Donostia han optado a este título con lo que presentaron sus proyectos: «Encuentros en Pamplona 2016. La fiesta de la Cultura» y «Olas de energía ciudadana. Cultura para la convivencia».

Tras la elección de ayer, sólo las Olas de Donostia siguen en pie en una carrera a la que aún le quedan muchos metros. Aun y todo, en caso de que al final la capital guipuzcoana fuera escogida, la eficacia de la iniciativa tampoco queda muy clara. El objetivo es «resaltar las corrientes culturales comunes a los europeos» y «fomentar las manifestaciones y creaciones artísticas»; mientras que las ciudades lo utilizan como ocasión para actuar de «catalizador de cambio». En el proyecto de Donostia lo sitúan como un «reto» para la ciudad, porque «ha de construir un proyecto sociocultural que contribuya a poner la riqueza de la diversidad europea».

En lo que a efectos se refiere, según un estudio solicitado por la Comisión Europea, el denominado Informe Palmer, el evento puede tener un impacto cultural y económico favorable. Sin embargo, también señala que muchas ciudades no logran alcanzar los objetivos fijados en sus planes, bien porque la dimensión cultural se ve eclipsada por ambiciones políticas o por la falta de sostenibilidad del impacto. I. A.

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