ELA acusa al PNV de «una grave renuncia» en las políticas activas de empleo
ELA sostiene que el acuerdo sobre las políticas activas de empleo, firmado por el Gobierno español y el PNV, supone «una grave renuncia política». Cuestiona la financiación y opina que «seremos una sucursal más».
Juanjo BASTERRA | BILBO
El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz «Txiki», valoró ayer que el acuerdo alcanzado entre el Gobierno español y el PNV sobre el traspaso de las políticas activas de empleo es una «mera descentralización» y acusó a la formación jeltzale y al Gobierno de Lakua de haber llevado adelante «una grave renuncia política de la capacidad de decisión» en «esta nueva etapa neocentralista». A su juicio, aceptar la competencia es «no tener capacidad de decisión, puesto que ésta reside en Madrid». «El PNV ha avalado ese mal acuerdo», censuró.
ELA criticó el «oscurantismo» con que se ha producido la negociación y recordó que, incluso a nivel económico, puede quedar por debajo de las expectativas fijadas, porque es Madrid quien debe fijar la cantidad, «ya que los 472 millones no están garantizados en ninguna parte del acuerdo». Muñoz, en este caso, recalcó que «las bonificaciones empresariales no crean un sólo empleo, sólo suponen más dinero para los empresarios».
El líder sindical precisó que quien ha ganado en esa operación ha sido José Luis Rodríguez Zapatero, que ha conseguido «tener el poder de decisión de la cuantía de esas políticas activas de empleo, que no se acompañan de las políticas pasivas. Decide él que son las políticas activas y, además, se ha garantizado que el PNV apruebe el Presupuesto General del Estado para 2011 que son los más restrictivos que se han presentado en los últimos años».
ELA reclama que la capacidad de decisión en materia de políticas de empleo «esté en manos de las instituciones vascas». A su juicio, es «parte de lo que denominamos el Marco Vasco de Relaciones Laborales y de Protección Social».
Esa demanda se hace en dos sentidos, a juicio de la central sindical: «para reivindicar el autogobierno» y para constatar «el fracaso del modelo español de las políticas de empleo».
Muñoz estuvo acompañado por Mikel Noval y Janire Landaluze, quienes explicaron que «a esta grave renuncia a la que ha entrado el PNV no se había atrevido ningún Gobierno vasco anterior». A su vez, destacó que «el Gobierno vasco queda supeditado a ser un mero agente gestor y colaborador de las políticas decididas en el Estado español» y recordó que la financiación «no está cerrada. Puede variar e, incluso, ser peor para las arcas vascas». Porque, a su juicio, «supone una renuncia a la financiación acorde a los criterios del Concierto Económico, con lo que nos llevará a una pérdida económica considerable».
El lehendakari del Ejecutivo de Lakua, Patxi López, dijo ayer que el balance económico de la transferencia de las políticas activas de empleo podría salir «negativo» para la CAV, aunque agregó que eso «no parará» el traspaso de la competencia. Indicó que el dato económico de cómo quedará la transferencia lo dará la Tesorería General de la Seguridad Social, que deberá precisar «el certificado de cuáles son las bonificaciones empresariales» a las contrataciones de ciertos colectivos de trabajadores. La CAV deberá aportar, «vía Cupo, el 6,24%. ¿Podría salir negativo para el País Vasco? Podría ser», precisó. Por su parte el presidente del BBB del PNV, Andoni Ortuzar, rechazó que, con las políticas activas de empleo, la CAV vaya a «salir perdiendo», y criticó que el Gobierno de López se dedique a «desvirtuar» la transferencia. J. B.