GARA > Idatzia > Kirolak> Osasuna

Tablas en un mal partido

A Osasuna le sobran años y pizarra

Los rojillos dominaron el partido con claridad, pero les faltó velocidad e improvisación para superar a un Levante que sólo quiso defenderse y terminó empatando casi sin querer. Pandiani abrió la lata en una jugada de rugby y Sergio empató en un rechace.

p032_f01.jpg

OSASUNA 1

LEVANTE 1

Ramón SOLA

Osasuna tiene un problema. Se llama previsibilidad, y va asociado a otros que tienen que ver con el diseño de la plantilla, cargada de jugadores veteranos y de características muy similares en zonas claves del campo. El problema, además, se va agravando en la medida en que todos los entrenadores conocen ya al dedillo la pizarra de Camacho. Una pizarra que, por otro lado, el entrenador había revelado la víspera en la sala de prensa de Tajonar, al prever que la clave del partido estaría en acertar en los «uno contra uno».

Nadie duda de que este estilo de juego ha funcionado más o menos en los últimos años. Toque y toque en el centro del campo hasta encontrar en las bandas a Juanfran o Camuñas, para desde ahí buscar algún centro letal a la cabeza de Pandiani o el ariete de turno. La apuesta se ha doblado este año con la presencia de Soriano o del todavía por descubrir Leka. Pero esta estrategia requiere una virtud de la que carece este Osasuna lastrado por los años: velocidad en el movimiento de balón. Así, Juanfran y Camuñas recibieron muchos pases, pero prácticamente ninguno en situación de superioridad que les permitiera desbordar. Quedaba, como dijo Camacho, que ganaran el «uno contra uno», pero eso no es fácil cuando enfrente están laterales tan veteranos como Javi Venta o Asier del Horno, que lo pusieron más difícil que los defensas de la Real en el derbi, el único partido que Osasuna ha ganado por el momento.

Había una última opción: ganar por pura inercia frente a un rival menor, que en El Sadar se confirmó como aspirante muy serio -quizás el número uno- al descenso. Pese a no tener claridad en ningún momento, los rojillos debieron ganar por insistencia, por aplastamiento. Se adelantaron gracias a una jugada de empuje por el sitio más inesperado, el centro. Soriano se llevó el balón a trompicones, con la colaboración añadida de la defensa levantinista, y Pandiani se encontró con un balón franco que mandó a la red. Parecía que el partido se acababa con ello, pero el Levante también sacó partido a su veteranía, en un balón suelto que Sergio llevó a las redes.

Sin plan B

Quedaban once minutos, pero Osasuna no tuvo plan B. En realidad, no lo había tenido desde el minuto 0. Camacho no optó esta vez por Rúper, que se ha mostrado hasta el momento como el único revulsivo efectivo, capaz al menos de acelerar el ritmo de los partidos y aportar un plus de nervio a un equipo tan plano.

La falta de banquillo fue otra mala noticia del partido. Leka no mejoró a Aranda, lo que tampoco parecía excesivamente difícil. Nelson y Vadocz salieron tarde. Camuñas tuvo uno de esos partidos inoperantes que le asaltan de vez en cuando, pero no hay recambio para él. Y sacar al ahora postergado Nekounam sólo habría servido para incrementar el overbooking de centrocampistas llegadores ávidos de centros que aparecen con cuentagotas o con poco veneno por la presión del rival.

Osasuna acabó atascado en su único plan. Arriba no tiene individualidades que puedan desatascar situaciones o, al menos, abrir a las defensas, porque el de Aranda fue otro partido más de derroche físico improductivo. Resulta revelador que el ataque empiece a depender cada vez más de un lateral como Natxo Monreal, cuyas irrupciones por la banda o por el centro fueron lo más peligroso. De los tiros, mejor no hablar. Los tres primeros fueron a cual peor: Monreal la pegó mordida en el 23, Camuñas flojísima en el 31, y Puñal torcida en el 36. Juanfran estuvo más atinado en el 39, el 62 y el 70, pero se topó con las manoplas de Reina dos veces y con el bajo vientre de Del Horno en la tercera. Suya fue también la última intentona, fuera de tiempo, pero para entonces ya había cundido la resignación.

Osasuna sumó un punto, pero se restó imagen. El futuro pinta difícil si el equipo no adquiere más ritmo ni más versatilidad, y debe hacer las tareas con rapidez porque es ahora cuando afronta el tramo de la Liga más asequible, sobre todo en casa. El mayor consuelo de ayer fue ver que el Levante no inquietó nunca y celebró el empate como una victoria. Y, sobre todo, que está claro que hay mucho, muchísimo, margen de mejora.

Flojísima entrada y manido discurso de Camacho, que esta vez culpó a la «mala suerte»

Aparte del mal juego y el empate, el partido resultó desalentador para la parroquia rojilla por otros aspectos. Por ejemplo, la entrada, que no llegó a 15.000 espectadores, lo que sitúa a Osasuna en cotas de los tiempos de Segunda División y confirma el desapego de la afición. El ambiente resultó muy frío, salvo tras el 1-0 que resultó efímero, y en varias ocasiones volvieron a escucharse gritos contra el entrenador y el presidente, aunque la mayor parte del campo permaneció en silencio.

El discurso de Camacho en la sala de prensa también se atuvo a lo previsible. Si en anteriores partidos se centró en el árbitro o en la falta de gol, esta vez el de Cieza recurrió a hablar de mala suerte. «Me sabe mal el empate. El resultado ha sido injusto e ingrato. Hemos hecho todo lo posible para ganar, pero no hemos tenido nada de suerte. Nuestro trabajo no se ha recompensado con los tres puntos», declaró Camacho.

El técnico aseveró que el Levante empató con «un golpe de fortuna» -ciertamente, no tuvo más ocasiones- y destacó que por contra Osasuna lo intentó «hasta el último minuto». «Hemos dominado de principio a fin. Hemos hecho todo lo posible para ganar y lo más difícil, que es marcar, pero no hemos tenido la suerte necesaria», insistió Camacho sin salirse del guión.

El entrenador del Levante, Luis García Plaza, obvió el desarrollo del partido y expresó su satisfacción por un nuevo «pasito» dado por su equipo al enlazar la tercera jornada sin perder (antes empató con el Real Madrid y ganó en Almería): «Al principio del campeonato éramos un equipo con la etiqueta de descenso, pero no en los últimos cuatro partidos», subrayó García Plaza.

Grada Lateral, vacía por riesgo ante el viento

La parte de Grada Lateral colindante con Graderío Sur fue vaciada ante el riesgo de que el fuerte viento derribara uno de los altavoces del tejado, que no parecía muy estable. La Policía acordonó esa zona.

Puñal será baja tras cinco tarjetas en seis partidos

El uhartearra no podrá jugar en Riazor por acumulación de amonestaciones, un dato que resulta preocupante si se tiene en cuenta que sólo se han jugado seis partidos de Liga. Ayer volvió a tener que ganarse la amarilla para parar un contraataque.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo