Los países ribereños del Danubio temen la «marea roja» vertida en Hungría
GARA |
Los países ribereños del Danubio han reforzado los controles de las aguas para reaccionar ante una eventual polución tras el accidente industrial que ha provocado una marea de lodo tóxico.
Es el caso de Serbia, Croacia y Rumanía. En este último caso, Bucarest espera que la instalación de barreras para diluir las sustancias tóxicas en el río Marcal, que desemboca en el Raab -afluente este último del Danubio- tenga éxito. El río desemboca en el Mar Negro, en un delta a caballo entre Rumanía y Ucrania, en una zona natural clasificada como Patrimonio Mundial por la Unesco.
En el año 2000, Rumanía registró una catástrofe ecológica que fue bautizada como el «Chernobil 2». 100.000 metros cúbicos de agua mezclada con cianuro se vertieron de un lago de decantación de una mina de oro en Baia-Mare (norte). El Danubio quedó gravemente contaminado.
Organizaciones como WWF han señalado que, en espera de conocer el alcance de la tragedia en Hungría, debe servir de aviso, y recuerdan la existencia de fábricas similares de aluminio en las riberas del Danubio, en referencia concreta a Tulcea, en Rumanía, justo al inicio del delta.
Tres desaparecidos
El Gobierno húngaro rebajó de seis a tres los desaparecidos. Cuatro personas han muerto, 123 han resultados heridas, de ellas 61 hospitalizadas por quemaduras.
Las autoridades confían en que las lluvias minimicen la catástrofe ecológica.