López, alarmado por la aparición de discrepancias entre «los demócratas»
La supuesta «unidad de los demócratas» en su respuesta a los últimos movimientos de ETA ha quedado en evidencia en estas semanas, y el lehendakari, Patxi López, mostró ayer su alarma por ello en el Parlamento. Ante esto, afirmó que cuando decida establecer un diálogo con los partidos sobre esta materia lo hará de modo «discreto», para que no trasciendan «las discrepancias que estamos viendo estos días».Iñaki IRIONDO |
El mensaje oficial dictado por el Gobierno de Madrid y el de Lakua establecía como un valor que «todos los partidos democráticos» habían respondido de forma unánime a la suspensión de acciones ofensivas de ETA y su disposición posterior a dar nuevos pasos. Pero en las últimas semanas se ha visto que dicha unidad no es tal.
Y el lehendakari se ha alarmado porque «todas las discrepancias que estamos viendo estos días en una política tan fundamental como es la lucha por la paz y en contra de la violencia, lo único que hacen es debilitar la posición de los demócratas y en todo caso alentar a otros».
Según una visión algo apocalíptica de lo ocurrido en las últimas semanas ofrecida ayer en la Cámara autonómica por el parlamentario de UPyD Gorka Maneiro, después de insisterse en que una tregua por parte de ETA no sería suficiente y no iba a cambiar nada, ha bastado una declaración de la organización armada, que «ni siquiera es una tregua incondicional», para que «algunos partidos hayan pasado a decir que es una oportunidad histórica para no sé exactamente qué cosa». Dijo que hasta el presidente del PSE pide mesas de partidos.
En este contexto, el lehendakari, Patxi López, tuvo ayer que responder a dos preguntas -una del propio Maneiro, y otra después de Aintzane Ezenarro, de Aralar- sobre si tenía intención de convocar una mesa de partidos y entre quiénes.
Durante bastante tiempo López estuvo eludiendo dar una respuesta categórica a una pregunta inicialmente bien sencilla. Una y otra vez se reafirmó en la validez y éxito de la estrategia de «firmeza» que su gobierno ha venido desarrollando en este terreno e insistió en que la izquierda abertzale no ha hecho todavía sus deberes.
En cuanto a una eventual mesa de partidos, el lehendakari le respondió a Maneiro que «tanto yo como mi partido, con su presidente a la cabeza, como mi gobierno hemos hablado con los grupos y partidos democráticos representados en esta Cámara y lo seguiremos haciendo, pero no daremos cobertura a quien sigue sin asumir la responsabilidad que le corresponde. Cuando lo hagan, ya hablaremos».
¿Quiénes son «los demócratas»?
La alusión a que había hablado con «los grupos y partidos democráticos representados en esta Cámara» le llevó a la portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro, a preguntar quiénes son tales grupos, puesto que con el suyo no había hablado. A renglón seguido le inquirió si pensaba liderar ese diálogo entre partidos: «¿Sí o no?».
López no respondió a ninguna de las dos cuestiones en su primera intervención, que zanjó con un «hablar con los partidos políticos democráticos, sí. Pero dejarnos enredar, no».
Aintzane Ezenarro repitió que el lehendakari no había hablado con su partido, por lo que se ve que «efectivamente no considera usted a Aralar como fuerza democrática», e insistió en la pregunta de si iba a iniciar un debate político con los partidos.
Patxi López arrancó su última respuesta afirmando que «no pongo en duda que son una fuerza democrática, por supuesto». Y sobre el diálogo, dijo que «cuando lo establezcamos, no lo vamos a hacer mediante una tribuna ni mediante un debate, ni a través de las portadas de los medios de comunicación, sino que será un diálogo discreto, que es lo que requiere un asunto como éste». A su entender, «tener permanentemente los focos encima no beneficia absolutamente a nadie».
López criticó a Aralar por el Acuerdo de Gernika, en el que «le piden a ETA que declare un alto el fuego como expresión de buena voluntad y a cambio le exigen once cuestiones, once contrapartidas al Estado. Ni siquiera le piden a ETA que desaparezca y los demás tenemos que autoproclamarnos como los malos de la película que con saña hemos tratado de ahogar a unos pobres terroristas con leyes y tribunales», se quejó.
Los convocantes de la multitudinaria manifestación que el pasado sábado colapsó el centro de Bilbo valoraron ayer como «un éxito» la marcha y reiteraron su «agradecimiento a quienes asistieron».
Ante la polémica agitada esta semana por Iñigo Urkullu, señalan que piensan que a los partidos, sindicatos y organizaciones invitados «se les dio información suficiente. Ahora bien, si hay alguno que se haya sentido incómodo o insuficientemente informado, asumimos la responsabilidad de un fallo totalmente involuntario por nuestra parte, lo lamentamos y pedimos disculpas».
En cualquier caso, defienden su decisión de dar voz a los convocantes de la manifestación prohibida para que se conociera su mensaje directamente y «en coherencia con la petición de respeto al derecho de libre expresión y ante la evidencia de que tales manifestaciones no eran nuestras, sino de quienes las formularon».
El escrito, firmado por las once personas que convocaron la manifestación, señala que ésta demostró que hay una «masa importante» que asume sus objetivos y que «todos debemos reflexionar seriamente» sobre cómo comportarnos en un espacio común.
«La entrada en un nuevo tiempo, en un nuevo escenario, requiere de todos un nuevo talante, para poder crear oportunidades de encuentro y de compartir vías y esfuerzos para alcanzar unos consensos mínimos para una nueva convivencia en este país, con plenitud de todos los derechos, para todos», aseguran en el final de su comunicado. GARA
López mostró su disgusto con el Acuerdo de Gernika por considerar que pide muy poco a ETA a cambio de lo mucho que exige al Estado. En su intervención manipuló el contenido del citado Acuerdo, lo que provocó el enfado de Aralar.