La Ertzaintza decidió ayer imputar al padre de la niña de 18 meses aparecida muerta en Zarautz como presunto autor de un delito de homicidio, aunque, llamativamente, el Departamento de Interior justificaba esa posible culpabilidad en el fallecimiento «como resultado de una negligencia» o bien «provocado de forma intencionada». Lo que parece indicar este sustancial cambio de la situación procesal del detenido es que la Policía autonómica no da por válida la versión ofrecida por el progenitor y que, por otro lado, sus investigaciones no han conseguido determinar aún su papel en la muerte de la pequeña.

La Unidad de Investigación Criminal de la Ertzaintza se ha sumado a la investigación, que avanza con el objetivo de tratar de determinar con detalle todo lo relacionado con el fallecimiento de la niña. De momento, nada ha trascendido y el arrestado sigue a la espera de pasar a disposición judicial, por lo que la Ertzaintza trata a contrareloj de determinar qué ocurrió la noche del jueves. También sigue bajo secreto sumarial la declaración de la ex compañera del acusado, que en esta ocasión no había presentado denuncia por desaparición de su hija.

Críticas a la falta de control

Entre tanto, se suceden las reacciones por lo ocurrido. El colectivo Bilgune Feminista denunció ayer la actuación de las instituciones, ya que, según acusa, los servicios sociales no actuaron sobre esta familia y la Ertzaintza no detuvo al padre aunque pesaba sobre él una orden de búsqueda y detención. «Las leyes actuales no son suficientes», insistió.

Aralar también denunció ayer que esta muerte demuestra que las políticas públicas de protección a las mujeres maltratadas y a sus hijos «tienen muchas lagunas y requieren de una reflexión conjunta de las instituciones competentes».

La juntera por el PSE Susana García exigió que se investigue lo que calificó de «abandono institucional». Añadió que «el sistema le ha fallado a esta niña, y eso en un área tan sensible como los menores es inaceptable».

Por lo que respecta a la autopsia del cadáver de la menor, sigue sin saberse nada. El alcalde de Zarautz, Jon Urien, entre tanto, ha pedido, sobre todo a los medios de comunicación, que «no se hagan conjeturas» hasta que no se sepa con seguridad qué es lo que ocurrió esa noche.