CRíTICA cine
«Bicicleta, cuchara, manzana»
Koldo LANDALUZE
Las tres palabras que dan título a este excelente documental proceden de una prueba de detección del alzheimer en la que se le pide al paciente que memorice tres palabras. El motivo es tan sencillo como sobrecogedor; la memoria a corto plazo es la primera en desaparecer. Son tres palabras que encierran un simbolismo cargado de dramatismo y, por supuesto, de lucha constante. El ser humano se enfrenta a un cerebro que se transforma en un agujero negro en constante expansión que engulle los recuerdos, la memoria... todo lo que nuestra biblioteca cerebral albergó en el transcurso de una vida. Lentamente, el ser humano desaparece en vida. Pasqual Maragall, ex alcalde de Barcelona y ex presidente de la Generalitat de Catalunya, ha sido quien ha asumido el reto de colocarse ante un espejo y dejar que el espectador intuya en su mirada los estragos que una enfermedad irreversible que afecta a 26 millones de personas.
En sus anteriores trabajos, Carles Boch apostó por el anonimato de sus protagonistas. En el documental “Balseros” colocó su objetivo en las vivencias compartidas por un grupo de balseros cubanos y en “Septiembre” su atención se fijó en un encadenado de relaciones sentimentales compartidas por un grupo de reclusos. En “Bicicleta, manzana, cuchara” la opción de contar con la presencia de un personaje público como Maragall, se antoja positiva sobre todo por que fue el propio político catalán quien, a través de una rueda de prensa, anunció que padecía alzheimer.
Carente de subrayados emocionales gratuitos, quizás un tanto reincidente en algunos aspectos, este trabajo intenso y a la vez cálido y muy emotivo, nos muestra la realidad de una conducta cotidiana marcada por un pronunciada desorientación. La mirada, los silencios, los gestos... lo inquietante que pueden resultar la obsesión que el protagonista demuestra por las variaciones Goldberg, componen un retrato cimentado en la complicidad de quienes le rodean y acompañan en esta travesía a través de un desierto en el cual no hay opción de regreso.
