El escritor Javier Cercas se mostró encantado y «feliz» con el Premio Nacional español de Literatura en la modalidad de Narrativa a su obra «Anatomía de un instante» fallado ayer; un libro al que calificó de «raro» e «híbrido» por su intento por mezclar géneros.

Durante una rueda de prensa en la editorial Random House Mondadori en Barcelona, Cercas se declaró «muy agradecido al jurado» por el premio que le concedieron a la obra que más tiempo y trabajo le ha costado y con la que casi se vuelve loco, según confesó, por la dificultad de combinar algo a priori «imposible»: la verdad histórica y la literatura. No obstante, «los libros imposibles son los que merece la pena escribir», concluyó.

«Uno no escribe para que le den premios, eso sería ridículo, pero cuando te los dan es maravilloso», resumió el escritor, después de ahondar en «un par de clichés» sobre la felicidad que supone recibir un «regalo inesperado». En cualquier caso, descartó que para él se tratase de un estímulo para seguir escribiendo, porque garantizó que seguirá «dando la lata durante bastante tiempo».

A caballo entre la crónica, el ensayo y la historia, Javier Cercas ha intentado contar la «verdad» del 23-F en este libro. Un asunto histórico con grandes tintes «novelescos» y un personaje, el Rey, que, según Cercas, se «colgó la medalla», aunque tuvo, junto al resto de la clase política, una actitud «irresponsable» en los años previos al golpe de Estado. Aunque, su opinión cambió después del libro. Ya que descubrió lo «difícil» que fue pasar de una dictadura a una democracia de forma pacífica.

El Premio Nacional español de Literatura, es concedido por el Ministerio de Cultura, y distingue la mejor obra de autor español escrita en cualquiera de las lenguas oficiales y editada en el Estado durante 2009, y está dotado con 20.000 euros.