Los vecinos de Areta se inclinan por negociar los realojos
GARA |
La asamblea de afectados por los hipotéticos derribos de varios bloques de viviendas situados junto al cauce del Nerbioi en Areta, decidió el jueves a la tarde, por mayoría absoluta, negociar los realojos de las 130 familias implicadas. Además, los residentes acordaron rechazar la propuesta de desvío del río en los términos planteados por la Agencia Vasca de Agua (URA), «porque en ningún caso se garantiza la estabilidad» de la conocida como Casa Rosa, un rascacielos en el que habitan más de 80 familias.
Los afectados, agrupados en la plataforma Berlojatzen, han adoptado esta decisión después de que la consultora LKS, encargada de redactar el Plan General de Ordenación Urbana de Laudio, entregara hace unas semanas al Consistorio un avance del proyecto para desvíar el cauce del Nerbioi por la margen derecha y evitar la demolición de la Casa Rosa. Tras un pequeño estudio del informe, los vecinos avanzaron que el trato hacia ellos o las industrias afectadas era bien distinto.
El dato más destacado en el documento es que esa intervención urbanística, el desvíar el río a su paso por Caminos Viejos, invadiendo terrenos de Vidrala, supondría un desembolso de algo más de 8 millones de euros, en concreto 8,3 millones. Esa cantidad, según fuentes municipales, es la que también costaría el derribo del rascacielos y el realojo de las más de 80 familias afectadas.
La razón para inclinarse por la demolición es que el elevado desembolso correría a cargo de instituciones e iniciativa privada, que como contrapartida podría disponer de suelos para levantar la nueva urbanización en los terrenos de Caminos Viejos. En caso contrario, si el cauce se desvía y la Casa Rosa se mantiene en pie, las administraciones deberían hacerse cargo no sólo del proyecto hidráulico, sino también de los gastos de expropiación de los terrenos y del abono de las indemnizaciones.