Jorge Lorenzo y Toni Elías no olvidarán fácilmente el circuito de Sepang. Sobre su asfalto, mallorquín y catalán firmaron sus mejores logros deportivos, alcanzando los títulos de campeones del mundo en MotoGP y Moto2, respectivamente. Ambos obtuvieron finalmente el mejor fruto a la regularidad demostrada durante toda la temporada.

A la tercera ha sido la vencida para el de Yamaha. Esas han sido las campañas que ha necesitado en la máxima categoría para confirmar que quiere hacerse un hueco con letras de oro en la modalidad reina del motociclismo. Lorenzo aterrizó en MotoGP como un elefante en una cacharrería, con un descaro en ocasiones temerario, pero con la ambición propia de quien se siente que va a ser campeón.

Su triunfo ha estado marcado por el insultante dominio que protagonizó en las primeras carreras y la capacidad para administrar esa ventaja en posteriores pruebas, aunque nadie puede esconder que también ha venido dado por los errores de su rivales. Las caídas y abandonos de Valentino Rossi y Dani Pedrosa han allanado el camino para que Lorenzo se estrene al máximo nivel, después de haber alcanzado dos títulos en 250 cc.

Dedicado a su familia

El piloto balear se mostró exultante por el éxito, del que dijo que «todavía no me lo puedo ni creer, voy a necesitar algo de tiempo para relajarme y darme de verdad cuenta de lo que he conseguido». Lo dedicó a la familia, en especial a su padre «por todo el tiempo que me ha dedicado y por inculcarme la pasión por las motos» y a su madre «por los malos momentos que ha tenido que pasar».

Y es que la trayectoria deportiva de Lorenzo no ha sido un camino de rosas. Hace apenas dos años tuvo que hacer frente a un grave contratiempo cuando se rompió los dos tobillos, lo que no le impidió montarse sobre su moto pese a no poder sostenerse de pie. «En estos momentos es muy complicado encontrar palabras para expresar todo lo que siento, sólo puedo decir que me siento feliz», concluyó el nuevo campeón.

Primer entorchado para Elías

Tampoco ha sido sencillo el recorrido de Toni Elías, quien decidió bajar de categoría este año, con un resultado magnífico a la postre, estrenándose con un título que puede relanzar su carrera, siempre marcada por la irregularidad, lo que no ha eclipsado la enorme calidad que tiene a la hora de pilotar y el que sea uno de los más queridos por la afición por su agresiva y atractiva conducción.

Al igual que Lorenzo, el de Manresa también se ha beneficiado de los fallos de sus oponentes. Ayer, sin ir más lejos, sacó una magnífica tajada de la caída de su máximo oponente, el toledano Julián Simón, que dio con sus huesos en el suelo, obligado por las circunstancias de tener que meter presión al a la postre campeón.

Donde todavía no están las cosas para nada decididas es en 125 cc. Con su victoria en Sepang, Marc Márquez recuperó el liderato, gracias también al tercer puesto de Nico Terol. En cualquier caso, la lucha entre ambos pilotos, con un Pol Espargaró a la expectativa, se aventura apasionante en lo que resta de aquí a que finalice el campeonato.