Antes de nada, ¿qué es lo que estudia la fenología?

La fenología es una disciplina muy antigua que describe los cambios en los procesos biológicos en relación a las variables ambientales, como lo son las climáticas. Describe, por decirlo de alguna forma, el calendario natural de plantas y animales, e intenta ver cómo le afectan los cambios ambientales. Intenta contestar a preguntas como cuándo llegan las aves migratorias de África o qué factores ambientales determinan esas fechas.

Porque en la antigüedad, el origen y destino de las aves migratorias dio pie a teorías bastante curiosas...

Hubo un tiempo en el que se creyó firmemente que las aves se escondían para hibernar, que ciertas especies se convertían en otras e, incluso, que algunas migraban a la Luna. Varias de estas ideas erróneas perduraron durante muchos siglos entre la comunidad científica. Por ejemplo, en sus ``Migrationes avium'' de 1757, Linneo seguía defendiendo las teorías de Aristóteles y aseguraba que las golondrinas se enterraban en los fangos de lagos y bahías de manera similar a los anfibios para pasar el invierno y emerger de su entierro llegada la primavera. La migración de las aves ha sido y es uno de los fenómenos más fascinantes de la naturaleza.

Y hoy existe hasta una red fenológica estatal por Internet.

Así es, www.avesyclima.org. La fenología de plantas, como por ejemplo, la salida de la hoja, y de animales, como la llegada de aves migratorias, se llevan registrando en la península Ibérica desde 1940 por el antiguo Instituto Nacional de Meteorología. Un problema que había era la reducción del número de observaciones a nivel nacional. SEO-BirdLife lideró entonces un proyecto para incrementar el número de observaciones a través de Internet. Aunque la iniciativa lleva poco tiempo, el número de observaciones en el caso de las aves se ha incrementado. Los resultados se verán con el paso del tiempo, pero la iniciativa ha permitido estudiar cómo el cambio climático ha afectado a las aves migratorias. Incluso los datos recogidos por voluntarios fueron utilizados por la Administración en el tema de la gripe aviar.

¿Y qué resultados tienen ya?

Son varios los estudios que, utilizando esta información, nos han mostrado que las aves migratorias que invernan en África están adelantando su llegada en relación al aumento de temperaturas en sus cuarteles de invernada y en la propia península Ibérica. Hemos constatado que esto es cierto, y se nota desde 1970 un adelanto progresivo.

Se dice que, por ejemplo, la cigüeña cada vez llega más pronto a la península y que algunas de ellas no se van nunca, mientras que con la grulla ocurre todo lo contrario.

Esto es cierto. Las especies se encuentran distribuidas a lo largo de Europa debido a que en esas zonas ellas se encuentran adaptadas de la mejor forma para sobrevivir y reproducirse. Si las condiciones ambientales o climáticas cambian, las especies se desplazarán. Esto es lo que en principio se está observando a escala europea. En definitiva, que «nuevas» especies africanas colonizarán la península y otras se desplazarán hacia el Norte del continente.

¿Será ésa la tendencia futura si es cierto que el planeta se calienta en exceso?

Pues, literalmente, como otras veces ha pasado en la historia de la Tierra, iremos a un planeta algo diferente. Con este cambio del clima que se está produciendo, nuestros paisajes y formas de vida cambiarán. La diferencia, en esta ocasión, es que los culpables de este cambio parecemos ser nosotros, por nuestro aumento de la contaminación desde la era industrial.

Las aves son uno de esos termómetros susceptibles a los cambios ambientales. Pero el estudio de la fenología tampoco tiene muchos años...

Curiosamente, fue una cigüeña, cazada en 1822 en Alemania, el ave que proporcionó la primera prueba material de que había estado en África, al encontrársele clavada una flecha que por sus características pertenecía a alguna de las tribus que por aquel entonces poblaban la región occidental subsahariana. Pero hasta la introducción del anillamiento a finales del siglo XIX no se pudieron establecer vínculos inequívocos entre sus lugares de origen y destino. En ese siglo fue cuando se comenzó a estudiar este comportamiento bajo una perspectiva científica. Y en el siglo XX se ha avanzado mucho, principalmente gracias al anillamiento masivo de aves, que nos ha permitido conocer cuáles son las rutas migratorias y qué distancias recorren.