EEUU juega la carta de la fricción al no poder competir con China en la esfera económica
El coro de voces que últimamente critica a China se va amplificando y diversificando en sus motivos. La concesión del Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo ha precedido a un fin de semana donde los suplementos de economía de grandes periódicos generalistas, así como los grandes diarios económicos impresos en papel salmón, han titulado y editorializado con mensajes del tipo «¡Es la guerra!» a propósito de la política china de mantener baja las cotizaciones de su divisa, el yuan. Tras más de un año sin relaciones militares directas por la venta de armas de EEUU a Taiwan por valor de más de 8 billones de dólares, ayer se reunieron los respectivos ministros de Defensa en un ambiente de tensión evidente.
El gigante chino es hoy el mayor productor industrial y el mayor banquero del mundo. Su proyección internacional para asegurar sus intereses vitales es ya imparable. Su poder militar, muy por debajo de EEUU, tiene crecimiento exponencial. Las tensiones durmientes durante largo tiempo entre EEUU y China se están despertando y diarios de orientación neocon como el «Wall Street Journal» saludan abiertamente una política de fricción que presione a China.