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Comer, dormir y trabajar: La vida casi normal de los 33 mineros chilenos bajo tierra

Comer, dormir y trabajar en rotaciones de ocho horas: salvando las distancias, la vida diaria de los 33 mineros bloqueados a 700 metros de profundidad en una mina en el norte de Chile desde comienzos de agosto se parece a su vida en superficie.

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Gaël FAVENNEC France Presse

Ellos tienen un típico turno de un minero. Son turnos de ocho horas trabajando desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde para un primer grupo; de cuatro a medianoche para otro grupo y de medianoche a ocho para el último», declaró a la agencia de noticias France Presse Alberto Iturra, jefe del equipo sicológico que se encarga de monitorear a los 33 mineros.

El sistema fue establecido por los mineros después del 22 de agosto, día en que contactaron con ellos a través de una sonda de doce centímetros de diámetro. En ese momento, llevaban 17 días de incertidumbre desde que un derrumbe los bloqueó en las profundidades de la mina San José.

Después de eso, otras sondas -conocidas como palomas- llegaron para abastecer a los trabajadores, que se alimentaban hasta ese momento con dos cucharadas de atún y medio vaso de agua cada dos días.

«La alimentación siempre va mejorando y es muy bien equilibrada», comenta el sicólogo Iturra. El sábado por la noche comieron carne en salsa con arroz.

Por estas sondas los 33 recibieron también «correo, medicamentos y ropas», cuenta Jean Romagnoli, médico deportivo que los monitorea desde la superficie.

«Hay más o menos 40 a 50 [envíos] por día», para llevar también cosas tan diversas como camas desmontables, una ducha de camping, un proyector de vídeo, un reproductor de MP3 para escuchar música, libros o juegos de mesa, agrega.

Trabajo diario

Cargar y descargar las palomas constituye entonces una parte importante de su trabajo, que consistió igualmente hasta el pasado sábado en remover los escombros que iban cayendo a medida que la máquina del llamado Plan B iba ampliando el hoyo, hasta que finalmente llegó a ellos.

Incluso el mismo sábado debieron proceder a una explosión controlada para ensanchar el área de llegada de la cápsula que los va a izar uno a uno a la superficie, probablemente a partir de mañana.

«Tienen también que regular el agua y hacer el mantenimiento de las máquinas que se encuentran abajo, aunque son sólo once por grupo», precisa Iturra.

Los mineros efectúan igualmente una hora diaria de actividad física desde hace un mes -para facilitar el ascenso en la cápsula que podría llegar a durar hasta una hora- con ejercicios musculares y carreras en la galería de 1,5 kilómetros de largo donde están refugiados.

También han recibido formación en diversas áreas, tales como primeros auxilios, sicología positiva o expresión oral para prepararse a afrontar a los centenares de periodistas que los aguarda a la salida.

Durante su tiempo libre juegan al dominó, a los dados, escriben cartas a sus familias o se instalan frente al videoproyector en el que pudieron ver el encuentro que la selección chilena de fútbol perdió el pasado 7 de setiembre frente a Ucrania por 2-1.

Jimmy Sánchez, quien a sus diecinueve años es el benjamín del grupo, «lee todos los diarios. Creo que lee todo lo que pasa en Chile y en el mundo, aunque lo más importante es lo que se dice sobre ellos afuera», dice su tía Janet Lagues.

Los 33 mineros «hacen muchas oraciones», señala a por su parte Doris Contreras, madre de Pedro Cortez.

Algunos de ellos han podido incluso descubrir sus vocaciones: Cortez fue quien hizo las labores de camarógrafo y se encargó de filmar todos los vídeos que difundieron las autoridades; Víctor Zamora escribió poemas y «va a terminar por escribir un libro sobre esta experiencia», según apunta su madre, Nelly Burgueño.

Una aventura que está ya a punto de terminar. Salvo que ocurra algún imprevisto, después de más de dos meses aislados del mundo, los mineros estarán junto a sus familias mañana mismo.

largos días

Este es el tiempo que llevan los mineros bajo tierra. Una vez rescatados, deberán reinscribirse en el registro para recuperar el estatus de personas vivas y dejar de constar como desaparecidas.

Se aceleran los preparativos ante el inminente rescate

En medio de una gran expectativa mundial, los 33 mineros deberían empezar a salir, uno por uno, desde mañana -el inicio está previsto a las 0.00 de mañana, 6.00 en Euskal Herria-.

El «Campamento Esperanza», donde se encuentran los familiares, ya se prepara para el gran recibimiento de sus 33 héroes frente a cientos de periodistas que han llegado hasta el lugar para ver el final de esta historia.

«No aguantamos más. Queremos tenerlos con nosotros», dice Clarina Segovia, hermana de uno de los mineros.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, habló con los mineros el domingo para explicarles cómo será su rescate y las precauciones que se tomarán, varios de ellos le manifestaron su deseo de ser los últimos en salir del yacimiento. El plan de rescate contempla sacar primero a los trabajadores más hábiles, después a los más débiles y finalmente a los más fuertes. G.F. (AFP)

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