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Luciano Pavarotti, con quien grabó óperas como «Lucia di Lammermoor» o «La fille du Régiment», la calificó en su día de «la voz del siglo». Lo cierto es que con la desaparición de la soprano australiana Joan Sutherland, fallecida el pasado domingo a los 83 años de edad, se va una de las grandes voces femeninas del siglo XX.

Intérprete versátil -su amplísimo repertorio incluía un amplio abanico de papeles-, su gran éxito internacional vino precisamente con su interpretación en febrero de 1959 en Londres de «Lucia di Lammermoor" en una producción del director italiano Franco Zeffirelli y bajo la batuta de Tullio Serafin. Después de una función de Alcina en el teatro de la Fenice, de Venecia, un año después, la apodaron La Stupenda.

La mezzosoprano estadounidense Marilyn Horne, que la escuchó cantar «Norma» en la Ópera de Australia, dijo de ella que tenía «una de las más formidables técnicas vocales de todos los tiempos. Era capaz de cantar uno de los papeles más exigentes de todo el género operístico, dándonos a todos una soberbia lección técnica», agregó Horne.

Aquella actuación inspiró también a la neozelandesa Kiri Te Kanawa, que se convertiría en una de sus mejores amigas. Para la catalana Montserrat Caballé, con quien compartió escenario, su voz era «celeste».