El Gobierno de Italia está estudiando que su contingente militar pueda abandonar Afganistán en 2011, afirmó el ministro de Defensa, Ignazio La Russa, en una entrevista publicada ayer por el diario «La Stampa».

Las declaraciones del titular de Defensa se producen tras la muerte el sábado de cuatro soldados italianos al estallar un artefacto cuando viajaban en un convoy en el distrito de Gulistán, al sur de Afganistán.

La Russa explicó que se discutirá la próxima semana con el comandante de las fuerzas occidentales en Afganistán, el general estadounidense David Petraeus, la posibilidad de dejar la zona oeste a los afganos en 2011 y no trasladarse a otras áreas.

«La prioridad de nuestra estrategia es conquistar el territorio, adiestrar a los afganos y dar a Kabul la posibilidad de gestionar su propia Policía y Ejército. Por ello, podría suceder que nuestra zona de control, la oeste, sea entregada en 2011 al Gobierno afgano y decir entonces que no nos trasladaremos a otras zonas», explicó La Russa.

Tras la muerte de cuatro soldados, La Russa también lanzó la posibilidad de que los aviones italianos puedan armarse con bombas, ya que hasta ahora volaban sin ellas.

La Russa explicó a «La Stampa» que, hasta ahora, se había negado el permiso para armar a los bombarderos para evitar que se produjesen víctimas civiles, pero que ahora, después del enésimo ataque al contingente italiano, se percibe que «quizá no fue la decisión justa, ya que el resto de países sí lo ha hecho».

«En los casos en los que ha sido necesario se ha llamado al Ejército inglés o norteamericano para que nos echasen una mano, pero nuestros militares no se han sentido seguros al no poder actuar solos», agregó el ministro.

La posibilidad de armar los bombarderos italianos se tendrá que estudiar en el Parlamento, apuntó La Russa.

El opositor Partito Democratico (PD) aparece dividido en esta cuestión. Su responsable de política exterior, Piero Fassino, considera que hay que pensar en la seguridad de los soldados, pero el ala pacifista del PD se opone a armar los bombarderos, al igual que Italia dei Valori o la progubernamental Liga Nord

Los restos mortales de los cuatro miembros del Cuerpo de Alpinos del Ejército italiano fallecidos el sábado llegaron ayer al aeropuerto romano de Ciampino, donde les rindió honores el presidente de la República, Giorgio Napolitano.

Junto al Jefe del Estado acudieron a Ciampino para recibir a los militares también el primer ministro, Silvio Berlusconi, y otros miembros del Gobierno y cargos institucionales.

Con la muerte de los cuatro militares, son 32 el número de los soldados italianos muertos en Afganistán. De ellos, 22 han fallecido en atentados o enfrentamientos con insurgentes. También murieron dos miembros de los servicios secretos.

Italia tiene desplegados cerca de 3.300 militares en la región oeste de Afganistán, con base en Herat.