Los incidentes provocados por los ultras serbios en Génova el pasado martes, llegando a suspender el partido entre su selección e Italia, están trayendo cola y las interpretaciones sobre lo sucedido son múltiples. El escándalo ha provocado que el Ejecutivo balcánico haya pedido perdón. La imagen de Serbia ha quedado muy perjudicada y eso puede suponer un problema en las negociaciones que está manteniendo para poder acceder a la UE

La ultraderecha serbia se ha hecho visible con dos sucesos en escasos días. Primero fueron los intentos de agresión a las personas que trataban de desfilar por primera vez por Belgrado en el Día del Orgullo Gay.

Después llegaron los disturbios de Génova, donde 16 personas resultaron heridas y otras 17 arrestadas. La prensa italiana resalta que, mientras que a los seguidores azzurris les incautaron hasta las botellas de plástico, los ultras serbios pudieron introducir toda clase de elementos contundentes.

Entre los detenidos destaca la figura de Ivan Bogdanov, presuntamente miembro del grupo ultra del Estrella Roja conocido como «Los tigres de Arkan». Una denominación con la que muestran su admiración por uno de los grupos paramilitares serbios más activos durante la Guerra de los Balcanes y cuyo líder era el ultraderechista y ultraortodoxo Zeljko Raznatovic, alias Arkan.

Otra de las claves se sitúa en la rivalidad entre los hinchas del Estrella Roja y Partizan. La cesión del portero Vladimir Stojkovic al Partizan tras haber jugado anteriormente en el Estrella Roja -para mayor desgracia personal cometió varios errores en un partido anterior ante Estonia-, encendió aún más los ánimos.

El meta fue alcanzado por una piedra durante el trayecto del autobús de su equipo. Según confirmó el técnico italiano, Stojkovic se refugió en el vestuario azzurri visiblemente aturdido. Consecuencia del golpe no pudo defender la portería.

Habrá que esperar para conocer la determinación de la UEFA, pero los precedentes son bastante benevolentes para con los ultras. Por ejemplo, los del Austria de Viena y el Anderlecht -de perfil ideológico similar a los serbios- generaron graves incidentes ante el Athletic en la Europa League.

El castigo para el Austria fue de un partido a puerta cerrada y 20.000 euros de multa. La pelea en San Mamés entre hinchas rojiblancos y belgas se quedó en algunas multas -a seguidores de ambos conjuntos y al Athletic- y prohibiciones de acceder a los estadios durante un año.

No fue el único lugar donde se produjeron incidentes. En Asia, durante el partido que enfrentó a Corea del Sur y Japón, los policías surcoreanos se emplearon a fondo contra asociaciones de víctimas y afectados de la Guerra del Pacífico, acaecida entre 1937 y 1945 y en la que Japón cometió atrocidades de todo tipo durante su invasión de varios países, entre ellos Corea. En los últimos tiempos son múltiples las asociaciones y organismos que trabajan por la reparación y el reconocimiento del dolor, especialmente de las mujeres violadas y vejadas sistemáticamente en campos de concentración. Muchas de ellas todavía viven.

Las protestas también se hicieron notar en Grecia. Con motivo de la visita a Atenas de la selección israelí que dirige Luis Fernández -el tarifeño está siendo muy discutido por la prensa hebrea-, se prodigaron los símbolos y guiños al pueblo palestino. Dentro del estadio, las banderas palestinas fueron multitud y una enorme pancarta reclamaba libertad para el pueblo palestino y tildaba de «criminal» al Estado sionista.

En lo estrictamente deportivo, la selección francesa va saliendo de su depresión. La derrota en el estreno de Blanc en un amistoso en Noruega y el calamitoso 0-1 en Saint Denis ante Bielorrusia habían encendido las alarmas. Sin embargo, la victoria en su desplazamiento a Bosnia calmó los ánimos, y luego han llegado sendos triunfos frente a Rumanía y Luxemburgo. El ex técnico del Girondins continúa probando e introduce a nuevos valores como M'Vila, Matuidi, Gameiro o Payet, además de reforzar el protagonismo de Remy, Benzema, Valbuena o Clichy.

El estado de ánimo también se ha venido arriba en Portugal. El debut de Paulo Bento como seleccionador se ha saldado con dos triunfos y todos esperan que la funesta etapa de Queiroz quede en el olvido.

Los que siguen sonriendo son los españoles, con el rojiblanco Fernando Llorente como gran protagonista. En el mismo grupo, tras unos años de zozobra e impulsada por los que fueran subcampeones del mundo juveniles en 2007, República Checa vuelve a asomarse a un gran campeonato.

En Alemania Joachim Löw es un icono triunfal. El joven Kevin Grosskreutz ha sido su única novedad en su última lista. Han superado a Turquía en un duelo lleno de morbo y a Kazajistán. Tras los teutones se sitúa Austria. Los centroeuropeos están formando un nuevo bloque con jóvenes talentos como Arnautovic o Hoffer, y por el momento van por delante de los otomanos. El martes protagonizaron un espectacular empate a cuatro frente a la Bélgica de Lukaku. Hiddink tienen mucho trabajo con un equipo turco que ha sido derrotado por Azerbaiyán.

Holanda barrió a Suecia en casa e Irlanda arrancó un punto en Eslovaquia. No le van tan bien las cosas a Inglaterra. Los de Fabio Capello empataron a cero en casa ante Montenegro y los dardos vuelven a apuntar contra el seleccionador.

Entre los combinados de Sudamérica, Brasil se impuso en sus dos amistosos ante Irán y Ucrania con la presencia de numerosos elementos de nuevo cuño en sus filas y la confirmación de Pato como hombre referencia en ataque. Argentina, por su parte, cayó en Japón tras un error del meta Sergio Romero.