Los vecinos de Kolontár pueden desde ayer regresar a sus hogares, en la aldea más afectada por la riada tóxica en Hungría, y que fue evacuada el sábado pasado por el peligro de un posible segundo derrame químico.

Pese a permitir la vuelta de los evacuados, las autoridades mantendrán la alerta en las provincias de Veszprém, Györ-Moson-Sopron y Vas, que está en vigor desde el pasado 5 de octubre, ya que de esta manera permanecen en la región los retenes de emergencia, informó a Efe la portavoz de la Protección Civil, Györgyi Töttös.

Las grietas detectadas en el muro norte de la balsa no aumentaron ayer, después de que el jueves se hubiera observado que se ensancharon otros 1,5 centímetros, aseguró Töttös.

Segunda riada

El secretario de Estado para Medio Ambiente, Zoltán Illés reiteró en los últimos días que ese muro se desmoronará, pero que el dique de contención construido en las afueras de Kolontár podrá desviar una posible segunda riada, que además no tendría el alcance de la primera, ya que no se trata de un material líquido, sino casi sólido, por lo que se moverá mucho más lentamente.

La riada tóxica producida a causa de la rotura de una balsa de la fábrica de aluminio MAL el pasado 4 de octubre causó nueve muertos y al menos 150 heridos y contaminó con metales pesados más de 40 kilómetros cuadrados.

Las calles de Kolontár, de unos 800 habitantes, y la otra localidad afectada gravemente por la riada, Devecser, están siendo limpiadas y descontaminadas empleando para ello grandes cantidades de yeso.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó precaución y el uso de mascarillas, gafas protectoras y botas de goma en las cercanías de donde los operarios están limpiando o demoliendo las casas que fueron derrumbadas por la avalancha contaminante.

Más contundente se mostró Greenpeace, que no dudó en calificar de «irresponsable» la decisión del Gobierno de permitir que los vecinos de Kolontár vuelvan a sus hogares.

Desde su sede en Hungría, denunciaron que «por el momento no se ha publicado ningún dato que diga que es seguro vivir a largo plazo en Kolontár» y que tampoco se sabe cuáles son los efectos, a corto y medio plazo, del alto contenido de micropartículas del aire.