Hugo Chávez ha pronunciado con solemnidad el viejo dicho español: «A palabras necias, oídos sordos» y los escribidores de la derechona montuna hispana se han puesto más nerviosos que el carnero de la Legión desfilando por la Castellana.

Germán Yanke, en «Estrella Digital», sentenciaba que «ha llegado el momento, por tanto, para que las exigencias judiciales y diplomáticas vayan acompañadas de una acción exterior de firmeza porque, si todos los asuntos bilaterales son importantes (y la suerte de los venezolanos maltratados por Chávez también), el tema de ETA es de una sensibilidad especial en la defensa de las libertades y los derechos humanos». Pues como no envíen a la Legión...

El editorialista de «Libertad Digital» tiene una tesis propia, apoyada en las afirmaciones «de alguien de tan acreditada solvencia como Jaime Mayor Oreja». Y es que según el editorialista de Federico Jimenez Losantos, «cuando Moratinos guarda silencio ante las calumnias del embajador venezolano contra nuestros cuerpos de seguridad o cuando Caamaño pide no molestar a un Chávez que se mofa de todos los españoles cuando se niega a extraditar al etarra Cubillas, debemos plantearnos si el motivo de tamaña ignominia es el simple vasallaje hacia un régimen de extrema izquierda o, en realidad, una forma de evitar enturbiar el `proceso de negociación' con ETA».

Y en el mismo medio, Guillermo Dupuy protestaba por el nuevo y clamoroso abandono que Zapatero «ha infligido a nuestra administración de Justicia, ya sea en Venezuela, ya sea en España».

Se dolía por la respuesta de Chávez a las demandas de extradición y gemía ante la reacción hispana: «¿Y cuál ha sido la reacción de nuestro presidente de Gobierno? Ninguna. El único que ha salido a la palestra ha sido el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, pero no para defender a nuestras instituciones judiciales o a nuestra policía, sino para pedirnos no polemizar en exceso con Venezuela». Si se han fijado, en ninguno de los tres textos hay referencia alguna a la soberanía de Venezuela... doscientos años después de que se emancipara de la Corona española. ¡Qué claro ha hablado Chávez!