Sindicatos de la automoción europea coordinan sus luchas frente a la crisis
Una delegación de LAB ha participado durante la semana pasada en Stuttgart en una conferencia sindical europea sobre la crisis del automóvil, en la que se ha abordado la situación del sector en los diferentes estados, así como las luchas que se llevan a cabo en cada uno de ellos. El sindicato abertzale destacó las graves consecuencias para el empleo impulsadas por la desregulación y el progresivo recorte de derechos.P. R. A-J. B. |
Una delegación de LAB ha participado en Stuttgart en una conferencia sobre la crisis de la industria del automóvil, invitada por la organización «Die Linke», la Fundación Rosa Luxemburgo y el sindicato IG Metall. Junto a miembros de CUT (Brasil), Cosatu (Sudáfrica), CGT (Estado francés y otras delegaciones de India, China y Hungría, analizaron la crisis económica general y cómo afecta al sector de la automoción en particular, así como las distintas luchas que se llevan a cabo cada país.
Igor Urrutikoetxea, responsable de LAB Internacional, encabezó esta misión, que contó con la presencia de Benito Uterga, responsable de LAB en Volkswagen de Iruñea, y de Pablo Ortiz de Latierro, de la planta de Mercedes Benz en Gasteiz.
Urrutikoetxea dejó claro en su intervención que en la crisis que padece Europ, ha intervenido la fuerte desregulación laboral y el progresivo recorte de derechos laborales.
«La obsesiva preocupación del Banco Central Europeo por el control de la inflación contrasta con el abandono de otros objetivos económicos, como el crecimiento del empleo o la estabilidad de los mercados financieros», explicó. Todo ello se desarrolla, a juicio del responsable de LAB, «bajo una favorable política fiscal para las rentas de capital y para los especuladores, que se amparan en los paraísos fiscales».
Poder de las multinacionales
En este contexto, Urrutikoetxea mostró el declive que padece el sector industrial en Hego Euskal Herria, con una apuesta desde los gobiernos por la privatización de la industria pública y la fuerte dependencia de grandes marcas de automoción y de electrodomésticos. En automoción, explicó que «ha traído una red empresarial de subcontratación con marcas como Mercedes Benz o Volkswagen, que obtienen el apoyo de la Administración pública para superar situaciones coyunturales de debilidad, dado que cuentan con ayudas públicas, deslocalización de parte de la producción, expedientes de regulación cuando quieran, despidos gratuitos a los eventuales y a las empresas subcontratistas».
A juicio de Urrutikoetxea, «esas grandes transnacionales y sus proveedores, que antes fueron empresas estatales, tienen cada vez más poder a la vez que los pequeños proveedores cierran a consecuencia de decisiones unilaterales».
La consecuencia en el empleo «es salvaje». Así señaló que en Nafarroa «manda Volkswagen. En la actualidad genera menos empleo, directo e indirecto. Es de peor calidad, pero esta multinacional sigue teniendo poder exclusivo de decisión ante un Gobierno foral débil y clientelista». El responsable de LAB confirmó que «a las transnacionales, al igual que a las grandes marcas de automoción, este sistema les da instrumentos más que suficientes para trasladar las consecuencias de la crisis a los trabajadores, mientras mantienen su política de maximizar beneficios». Puso ejemplos como los de Arcelor, Tubacex, Sidenor, Gamesa, entre otros.
Para combatir el poder de las transnacionales, Urrutikoetxea indicó que «se hace imprescindible ahondar en un sindicalismo sociopolítico, ya que el cambio de estas políticas comunitarias sólo será viable si se da un giro a la izquierda en el panorama político de Europa» y señaló que «el diálogo social que predica el sindicalismo de gestión que impera en Europa ha debilitado la lucha obrera y sindical durante estos años, al hacer dejación de la lucha en los centros de trabajo y en la calle».
Demandó «luchas alternativas y más radicales», frente al «mal llamado diálogo social» del sindicalismo imperante en Europa, y «al margen de las iniciativas que esas burocracias sindicales plantean». En este sentido, detalló el caso vasco, con un marco de debate diferente al español, y la movilización de la mayoría sindical.
Benito Uterga, de Volkswagen-Navarra, destacó en Sttutgart el papel de LAB para hacer frente a la política de concertación que llevan CCOO y UGT con la multinacional alemana. Destacó que de 2001 a 2006, «la planta navarra padeció una situación de crisis provocada por la propia Volkswagen, que impuso medidas de flexibilidad que conllevaron pérdida salarial y una situación de inestabilidad e inseguridad en la plantilla. De 5.000 trabajadores en 2001 se pasó a 3.900 en 2006. Uterga destacó el abandono de las políticas reivindicativas por parte de UGT y CCOO, lo que ayudó a que en una segunda fase, entre 2007 y 2010, «avalaran una nueva política con un fuerte crecimiento de la productividad basado en el empeoramiento de las condiciones de trabajo y una falsa política de prevención, así como en un importante aumento de la flexibilidad y de la contratación eventual. Actualmente hay 1.435 eventuales frente a 3.772 fijos. En Mercedes Benz, Pablo Ortiz de Latierro, indicó que, a la vez que se ha pasado de una plantilla de 4.311 trabajadores en 2003 a 3.133 empleados en 2010 (una disminución del 28% en los últimos siete años), la producción ha ido en aumento. «Esto demuestra un importante aumento de la productividad, ya que entre 2003 y 2008 la producción creció en un 51% y la plantilla disminuyó un 26%». Señaló que «la productividad y la enorme flexibilidad» han sido dos temas claves en la negociación del convenio. Tanto en Volkswagen como en Mercedes, LAB se ha empeñado en «mejorar las condiciones de trabajo, hacer frente a la aplicación de la flexibilidad y denunciar la alta eventualidad. J.B.
Entre los diferentes contactos de estas jornadas, LAB participó en un encuentro con sindicalistas de las plantas de Mercedes-Daimler en todo el mundo, que acordaron crear una red de contacto permanente.