OSASUNA Los rojillos salen goleados de El Sardinero
Noveno mes haciéndose los suecos
El Racing pasó por encima de la escuadra navarra gracias al gran partido que protagonizaron los escandinavos Markus Rosenberg y Kennedy Bakircioglü. Los de Camacho sólo tuvieron opciones de meterse en el partido a raíz del penalti transformado por Nekounam.
Natxo MATXIN
Osasuna acumuló su noveno mes sin ganar fuera de casa y, para más inri, ayer salió vapuleado de El Sardinero ante un Racing que le pasó por encima y al que sólo plantó cara durante los dos primeros cuartos de hora de cada tiempo. Los anfitriones bajaron de la nube a los de Camacho, que padecieron el fenomenal encuentro protagonizado por los suecos Rosenberg y Kennedy.
Los rojillos mostraron una de sus peores imágenes precisamente en uno de los apartados en el que más habían destacado hasta el momento, la faceta defensiva. Las jugadas de estrategia desbordaron por completo a la escuadra navarra. De los cuatro goles encajados, tres llegaron de este modo -una falta directa y dos corners-, amén del lejano tiro que supuso el 2-0.
Bajo un torrencial diluvio, especialmente durante la segunda mitad, Osasuna naufragó víctima de sus propios errores y por una actitud que sólo mantuvo a intervalos, siempre cuando el rival fue por delante en el marcador con una sustancial ventaja. Para nada supo sacar tajada de un contrario que apenas había demostrado su malicia de cara al marco enemigo -cinco dianas hasta ayer- y que estaba muy cuestionado ante su propio público.
Todo lo contrario, dio vida a un oponente directo en la lucha por la permanencia tras encajar de una tacada más de la mitad de los tantos en contra que llevaba en las ocho primeras jornadas ligueras. Muy pocas cosas funcionaron en la escuadra navarra y, por destacar algo, sólo cabe el que se consiguió el primer gol lejos de Iruñea.
Fue algo del todo anecdótico a la vista de cómo transcurrió el envite, que los encarnados dejaron bien a las claras no encararon con la intensidad necesaria, como más tarde reconocería incluso su técnico. Ni siquiera el que el primer gol del Racing llegara de una falta inexistente puede ser excusa suficiente para la catástrofe rojilla.
El estadio santanderino se está convirtiendo en un escollo infranqueable en los últimos tiempos donde las críticas sobre el técnico local, Miguel Ángel Portugal, se convirtieron más en un acicate que en una rémora a la vista de lo enchufados que salieron los cántabros. Su presión ahogó a los navarros y, aunque éstos intentaron aplicar la misma medicina, nunca tuvo la misma intensidad ni efectividad de cara a evitar la salida del balón racinguista.
Un 1-0 mal encajado
Diop y Colsa exprimieron al límite su potencia física para imponerse en la mayoría de las ocasiones y espolear el juego ofensivo de sus compañeros, bien secundados además por los continuos apoyos de Kennedy y Munitis, que se vaciaron corriendo en una labor de superioridad en el medio campo y llegada a la portería de Ricardo.
Las intenciones del Racing fueron patentes desde el pitido inicial y sólo entre el minuto 10 y el 25 Osasuna supo contrarrestar tal dominio con alguna que otra llegada que hiciera temerse lo peor a la grada cántabra. Cierto es que las imprecisiones predominaron por ambos bandos, no sin reconocer que se buscó la portería rival. Sin embargo, todo se precipitó en beneficio local con el golpe franco que transformó el ex del Ajax y originario sirio, Kennedy Bakircioglü.
Los de Camacho encajaron muy mal el golpe, a excepción de la jugada en que se pidió un gol fantasma, pero en la que el balón pareció no entrar del todo. De hecho, aumentaron su desventaja en otro lance en el que ni la defensa pudo impedir ni Ricardo atajar el lejano disparo del que a la postre sería el protagonista del choque, el delantero cedido por el Werder Bremen, Markus Rosenberg.
El único momento en el que los rojillos parecieron -fue un espejismo que duró tres minutos- disponer de ciertas opciones para sacar algo positivo fue en los momentos previos al claro penalti de Torrejón y poco más. A partir de ahí, el Racing volvió a sentenciar en sendos saques de esquina muy mal defendidos por los navarros.
La enésima derrota foránea vuelve a traer una peligrosa consecuencia una semana más. El próximo compromiso casero -será ante el Hércules el domingo- se convierte en otra final, de la que no siempre se va a poder salir airoso, como sucedió frente al Málaga.
Es rara la ocasión en la que el técnico rojillo, José Antonio Camacho, se adjudica la culpabilidad por una derrota, pero ayer fue una de esas excepciones. «No he sabido inculcarles que aquí nos jugábamos mucho», reconoció de manera sorpresiva el preparador murciano.
En esta oportunidad, el míster rojillo no tuvo reparos en admitir la superioridad del contrario, al asegurar que «ellos han empezado con más tensión y agresividad, han sido superiores y sabíamos que iban a comenzar así», pese a lo cual los suyos no consiguieron contrarrestar esa salida «porque les ha faltado tensión y eso es culpa del entrenador», insistió.
Por si ello fuera poco, asumió que «es muy duro encajar tres goles a balón parado» y quiso dejar claro que aunque algunas de las jugadas hubieran caído del lado navarro -la inexistente falta del 1-0 y el gol fantasma que pudo suponer el empate- «al final el Racing nos habría ganado porque estaba más enchufado».
«Cuando el contrario es superior y no tienes posibilidad de ganar sales fastidiado», añadió el de Cieza, a quien no le preocupa la sequía de triunfos a domicilio, «sino los puntos totales y ganar el próximo encuentro», indicó.
Para el entrenador racinguista, Miguel Ángel Portugal, la única diferencia entre el envite firmado por su equipo y los de anteriores jornadas estuvo «en la eficacia». «Siempre hemos jugado igual, sólo cambié ante el Real Madrid y no salió bien. El Racing ha seguido con su concepto de fútbol de elaboración», dijo. N.M.
El juvenil de División de Honor consiguió una importante victoria en Gasteiz, donde logró imponerse al Alavés (1-2). En cambio, el de Liga Nacional perdió con el Txantrea (3-2), mientras que cadetes -sólo jugó el A- e infantiles superaron a sus respectivos rivales.
El balón cambió de color para esta jornada liguera, pero su tono amarillo no trajo ni un ápice de fortuna para los rojillos después de salir goleados de El Sardinero. Como ya se hiciera en pasadas temporadas, con este esférico se jugará durante las fechas invernales del campeonato.
Osasuna cae provisionalmente a la decimotercera posición tras su inapelable derrota en Santander y a la espera de lo que suceda en el Mallorca-Levante. Si los valencianos ganaran a domicilio a los isleños superarían a los rojillos al sumar un total de once puntos.