Ataques al apoyo a los prisioneros políticos vascos
Tres años de cárcel a un ex preso por llevar unos boletos solidarios
En una nueva vuelta de tuerca contra la solidaridad con los presos, la magistrada Ángela Murillo ha condenado al ex preso de Santutxu Lander Fernández a tres años de prisión por transportar boletos de Elkartasun Zozketa. La Guardia Civil incautó 300 papeletas en la furgoneta que conducía Fernández de camino a las fiestas del Puerto Viejo de Algorta. El movimiento pro-amnistía sitúa este caso dentro de la «obsesión del Gobierno español de golpear la solidaridad».
GARA | DONOSTIA
El ex preso político Lander Fernández ha sido condenado por la Audiencia Nacional española a tres años de prisión acusado de «colaborar con ETA», por llevar 300 boletos de Elkartasun Zozketa. Así lo ha acordado la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal, presidida por la juez Ángela Murillo.
En la sentencia también se condena a Fernández, para quien el fiscal pedía inicialmente seis años de cárcel, a pagar una multa diaria de cinco euros durante diez meses, así como una responsabilidad personal, en caso de impago, que establece un día de cárcel por cada dos cuotas que no abone.
El ex prisionero de Santutxu fue retenido por la Guardia Civil en 2008 en un control, cuando se dirigía a Algorta en su vehículo. Los agentes intervinieron seis talonarios compuestos cada uno por cincuenta papeletas para el sorteo.
Tras el juicio, que se celebró el pasado 25 de octubre en la Audiencia Nacional española, los magistrados concluyeron que los talonarios fueron transportados por Fernández «con pleno conocimiento y con intención de ponerlos en la circulación» con el fin de recaudar fondos para acciones que se definen como «de organizaciones subordinadas de ETA».
Aun así, precisan que el acusado no llegó a consumar el hecho, pues la Guardia Civil interceptó los boletos, por lo que rebajan la petición del fiscal al considerar que lo cometió «en grado de tentativa».
Según admite la sentencia emitida por el tribunal presidido por Ángela Murillo, en los boletos intervenidos no se mostraba siquiera el nombre de las organizaciones bajo las que se iba a realizar el sorteo. Sin embargo, considera que en ellos se emplea la «semántica propia» de organizaciones «relacionadas con ETA» y concluye que Fernández aceptó transportarlas para recaudar fondos para los presos y exiliados, «bajo el simulado pero descubierto tamiz de supuestas obras benéficas y solidarias».
Durante el juicio, la acusación presentó un informe pericial de la Guardia Civil en el que vinculaba a Fernández con la izquierda abertzale y relataba que en enero de 2008 fue expulsado del Estado francés tras haber cumplido una condena de cinco años. Señala, asimismo, que fue recibido en su ciudad «a modo de homenaje por su salida de prisión, como se efectúa con los sujetos vinculados a ETA que pasan por igual trance».
Por ello, la sala da por probada su vinculación con «las organizaciones satélites de ETA».
A juicio del movimiento pro-amnistía, esta sentencia viene motivada por la «obsesión del Gobierno español de golpear la solidaridad hacia los presos vascos». En este contexto sitúan actuaciones como la retirada de fotos de las calles y locales, los cacheos «humillantes» que sufren los familiares de los presos en las prisiones y los vetos a manifestaciones o iniciativas.
Puentes de solidaridad
Además, el movimiento antirrepresivo recalca que, en consonancia con la misma estrategia, «en las cárceles se viven situaciones extremas» por la falta de asistencia médica, la dispersión o el aislamiento. «Manteniendo estas situaciones extremas en las cárceles quieren destruir los puentes de solidaridad que llegan desde las calles hasta las prisiones», subraya.
Ante esta situación, llama a la ciudadanía a «multiplicar» las muestras de solidaridad y ofrece todo su apoyo a Lander Fernández.
El ex preso Lander Fernández, condenado por la Audiencia Nacional a tres años de cárcel, ha denunciado en varias ocasiones ser objeto de persecución y acoso policial. En mayo de 2009, el joven de Santutxu denunció públicamente haber sido secuestrado y golpeado por ertzainas de paisano por rechazar «colaborar» con las FSE. Fernández requirió asistencia después de que cuatro personas sin uniforme oficial, pero identificadas como ertzainas, le propinasen golpes por todo el cuerpo tras ser abordado el día 27 de mayo.
El parte médico precisaba lesiones en el «codo derecho, en la espinilla de la pierna derecha y una marca debajo del ojo derecho». En la denuncia, que presentó en los juzgados de Bilbo, consta además que el 19 de mayo sufrió un episodio similar cuando fue secuestrado durante hora y media, en la que fue amenazado tras pedirle que colaborase. Fernández situó los secuestros y la paliza como colofón a un «seguimiento asfixiante».
Pocos días después de la comparecencia, Fernández fue arrestado también en Barajas, cuando volvía de Venezuela, si bien dos semanas más tarde fue puesto en libertad bajo fianza. Dos amigos que viajaban con él también fueron retenidos en el aeropuerto, así como en un control de la Policía española en Laudio. A ambos los mantuvieron en el suelo, encañonados, y sometidos a un interrogatorio que les hizo sospechar que habían sido vigilados en el país sudamericano. GARA
