Nicolás Ocio, jardinero de 45 años, escribió un guión hace más de quince años cuando trabajaba como monitor de deporte en una cárcel a partir de una historia que le contó una interna. Necesitaba 30.000 euros para llevar a cabo su idea y comenzó a presentarse a las diferentes convocatorias de subvenciones para cine del Gobierno de Lakua, de la Diputación de Araba y del Ayuntamiento de Gasteiz, aunque no logró acceder a ninguna ayuda, quizás porque su guión no era convencional o por su falta de experiencia, según reconoció a Efe en una entrevista.

Entonces surgió la idea de vender libros al peso y la puso en práctica. Primero los que tenía almacenados en su casa, luego los de los amigos y más tarde los que regalaban las personas que, tras conocer su proyecto, decidieron ayudarle.

Durante los últimos cinco años ha cargado con caballetes, tableros, una báscula y miles de libros que ha expuesto donde le dejaban, principalmente en el campus universitario de Gasteiz o en diversas calles de la capital alavesa coincidiendo con acontecimientos festivos. El precio de venta de los libros no ha variado a lo largo de estos años, 5 euros el kilo, una cantidad atractiva para los clientes que ha hecho posible que poco a poco haya ido acumulando un dinero que ha guardado celosamente para ponerse al frente de un equipo de rodaje.

Tras años de esfuerzo y unos 7.000 libros vendidos, el pasado mes consiguió convertir en realidad su idea y rodó el cortometraje con la colaboración del Instituto Mendizabala de Imagen y Sonido de Gasteiz, que le proporcionó las cámaras, los focos, el material de sonido y la ayuda de los alumnos. También recibió el apoyo del Araba Classic Club, que le cedió coches de época ya que el corto, en blanco y negro, y rodado en Gasteiz, está ambientado en los años cincuenta.

Amor y desamor

Ocio, que no quiere dar detalles concretos de la trama de su corto, enmarca su trabajo dentro del cine negro y explica que cuenta, sin diálogos, una historia de «amor y desamor». También ha contado con la ayuda de diversos profesionales para el vestuario y la fotografía y de los cuatro actores protagonistas, Carmen San Esteban, Luis Sogorb, Tere Ibáñez y Txema Blasco.

«Lo más difícil ya está hecho», asegura satisfecho este gasteiztarra, que ahora ha tenido que regresar a la calle para vender los 3.000 libros que almacena todavía ya que necesita financiación para la post-producción.