Homenaje a cuarenta años de dedicación al fomento de la donación de sangre
La Federación estatal de Asociaciones de Donantes de Sangre impuso ayer a Jesús González la máxima distinción que otorga. De esta manera, el vecino de Ugao ve reconocida su dilatada labor altruista.Joseba VIVANCO | UGAO
Un accidente automovilístico puede requerir hasta 23 unidades de sangre en 2 días; uno de moto, 11 unidades en 23 horas; un siniestro laboral, 45 unidades en 2 días; un transplante de riñón, 15 y una intervención coronaria, alrededor de 16 unidades. Datos reales que revelan la importancia de donar sangre, de mantener las reservas necesarias para hacer frente a las cada vez mayores necesidades que presentan los quirófanos.
Por ello, la labor silenciosa de quienes trabajan día a día para captar nuevos donantes y mantener activos a los ya existentes se antoja imprescindible. Y el homenaje que ayer recibió Jesús González en la localidad vizcaina de Ugao fue, a juicio de quienes le conocen, más que merecido.
«Me sorprendió cuando me lo comunicaron y es algo muy especial», reconocía el feliz homenajeado, rodeado de cientos de amigos y conocidos. La Federación estatal de Asociaciones de Donantes de Sangre premió su larga trayectoria y su aportación a la Asociación de Donantes de Sangre de Bizkaia. «Es aún más emotivo, algo extraordinario, que la Federación venga a un pueblo», comentaba González.
Un premio a toda una ``carrera'' que inició, junto a otros amigos, en 1967. Tan sólo un año después consiguió que el autobús del banco de sangre del Hospital de Basurto se acercara hasta localidad de Hego Uribe.
«Poco después me quedé sin trabajo, pero desde el banco de sangre me ofrecieron llevar la coordinación», rememora el galardonado. Una labor con la que logró llevar la captación de donantes hasta 29 localidades del territorio vizcaino. Cuando, en 1992, la asociación de donantes de Basurto y la hermandad de donantes del hospital de Cruces se reunificaron, él siguió como coordinador de la recién nacida Asociación Vizcaina de Donantes de Sangre, puesto que no dejó hasta 2004.
En ese largo periodo logró que se crearan hasta 78 delegaciones locales, legalizar 22 -la primera en su pueblo-, formalizar el Día del Donante, impulsar en Ugao la primera obra civil dedicada a los donantes...
Una «inoportuna» arritmia cardíaca le obligó en 1999 a dejar de donar sangre. Para entonces llevaba nada menos que 97 donaciones, lo que supone unos treinta años acudiendo periódicamente a su cita altruista. Junto a su esposa María Ángeles -ya fallecida- lograron convertirse en el primer matrimonio del Estado español en alcanzar las 75 donaciones. Ahora, cuando recibe este homenaje, tiene claro que el donante es la base de esta práctica, pero también resalta la figura del delegado local, «el verdadero pilar de las donaciones». Es por ello que, en estos momentos en que esta figura parece estar perdiendo el estatus histórico que tenía en detrimento de los técnicos, la reivindica más que nunca. «Los donantes de sangre somos como una gran familia, eso se puede preguntar a cualquiera». Defiende su labor durante todos estos años convencido de que se ha ganado la simpatía y apoyo de donantes y personal médico y sanitario. Hoy, donar sangre sigue siendo igual de importante. Osakidetza reconoció que este año han bajado las donaciones en la CAV, y en Nafarroa acaban de constatar que las reservas habían caído a la mitad. «Donar sangre es vida», insiste Jesús González.
J.V.