El día 14 de septiembre, durante el recreo, no habiendo ningún problema ni conflicto ni fuera ni dentro del recinto escolar, dos hombres entraron y salieron del centro. Al salir agarraron a un alumno con el ánimo de llevárselo. La profesora responsable en ese momento de cuidar los alumnos y alumnas en el patio, ante esto, pidió a los dos hombres que tratasen a los jóvenes con respeto. En ese momento, y no antes, los hombres se identificaron como policías, enseñando una placa. Acusaron a esta profesora de cuestionar su autoridad, por lo que fue llevada con el alumno para identificarlos. La amenazaron con la apertura de un expediente en el Departamento de Educación; y fue asimismo amenazada por intentar calmar al chaval hablándole en euskera. Finalmente, extendieron contra ambos sendas denuncias por disturbios públicos graves.

Pasados unos minutos, una vez concluido el recreo con el patio del instituto vacío, dos policías nacionales uniformados entraron en el recinto y retiraron una pancarta colgada en la valla mirando hacia el interior. En dicha pancarta escrita en euskera se criticaba el nuevo decreto de derechos y deberes del alumnado. Antes de requisarla pidieron a una profesora la traducción de su contenido.

Por medio de esta nota, profesores y profesoras compañeros y compañeras de esta trabajadora en el instituto público de Iruñea Eunate queremos expresar lo siguiente en relación a estos acontecimientos:

1- Según afirmaron días después, la Policía Nacional se encontraba en una campaña para prevenir el consumo de drogas; sin embargo, durante los incidentes descritos, en ningún momento mencionaron dicha función ni registraron a los implicados.

2- Por ley entendemos que existen tres supuestos para que la policía acceda al centro: con un mandato judicial, a petición de la Dirección o en persecución de un delito en el momento. En el recreo al que nos referimos no se daba ninguno de los tres supuestos.

3- Desde la perspectiva de una educación basada en el respeto, la convivencia y el diálogo, quienes somos responsables de este proyecto educativo no podemos entender ni aceptar esta intromisión con sus modos prepotentes y sus amenazas.

4- A pesar de tratarse de una acusación contra dos miembros de la comunidad educativa, el profesorado quiere hacer saber que lo considera una agresión contra todo el centro.

Por todo lo anterior, además de denunciar lo ocurrido, queremos expresar todo nuestro apoyo a la compañera amenazada. Del mismo modo, criticamos la respuesta del Departamento de Educación por no proteger adecuadamente a una trabajadora de un centro público en el desarrollo de las funciones propias de su puesto, y le rogamos que ponga los medios para que un hecho así no vuelva a repetirse.