En pleno acoso de los mercados a su deuda, el Gobierno irlandés aseguró ayer que no necesitará ninguna ayuda externa para hacer frente a sus compromisos. Sin embargo, cada vez más analistas consideran que Dublín deberá recurrir al fondo de emergencia aprobado a raíz de la crisis griega, y desde la Comisión Europea insistieron en que tienen preparados 750.000 millones de euros en caso de necesidad. El miedo, mientras tanto, se extiende a otros países.
El director de Relaciones Industriales de la SEPI comunicó ayer a los representantes sindicales de Babcock Power que no recibirá al comité. Seis autobuses acuden esta madrugada a Madrid, con el apoyo de los alcaldes y representantes del PNV, izquierda abertzale e Izquierda Unida. Los trabajadores se concentrarán ante la sede de la SEPI para exigir una solución de futuro y para que el Gobierno español garantice la continuidad de la empresa.