Dublín responde a los mercados y asegura que no necesita ayuda
En pleno acoso de los mercados a su deuda, el Gobierno irlandés aseguró ayer que no necesitará ninguna ayuda externa para hacer frente a sus compromisos. Sin embargo, cada vez más analistas consideran que Dublín deberá recurrir al fondo de emergencia aprobado a raíz de la crisis griega, y desde la Comisión Europea insistieron en que tienen preparados 750.000 millones de euros en caso de necesidad. El miedo, mientras tanto, se extiende a otros países.GARA |
Los mercados intensifican su presión sobre la deuda de Irlanda por la desconfianza que generan los planes del Gobierno de Dublín para sacar al país de la crisis y hacer frente a unos intereses que aumentan día a día. Así, mientras Alemania paga un 3% por la deuda que emite, Irlanda tiene que triplicar ese interés para que los inversores compren sus bonos -ayer llegó hasta el 9,25% en los bonos a diez años, mientras su diferencial superó los 680 puntos básicos-, una cifra récord, que los analistas consideran insostenible, y cada vez es mayor el convencimiento en los mercados de que deberá recurrir al fondo de emergencia de la UE y el FMI.
Sin embargo, el Gobierno irlandés sostiene que no necesita ayuda económica de la Unión Europea para salir del atolladero, y explicó que ha recurrido a su «servicio diplomático» para tratar de amortiguar los efectos que está teniendo sobre los mercados e inversores la posición de Alemania respecto a los países con alta deuda soberana.
El ministro irlandés de Finanzas, Brian Lenihan, indicó que la falta de confianza de los mercados en Irlanda parte «exclusivamente» de la posición alemana, que propone que los inversores en deuda pública sufraguen parte del coste del rescate de las economías insolventes. Lenihan adelantó que exigirá «claridad» sobre el mecanismo de gestión de crisis propuesto por Alemania durante la próxima reunión con sus colegas del Ecofin
La CE está preparada
Por su parte, la Comisión Europea insistió ayer en que está preparada para el rescate financiero de Irlanda con el fondo de 750.000 millones de euros que se creó en mayo para frenar la crisis de deuda en la eurozona. «En caso de necesidad, y subrayo lo de en caso de necesidad, el presidente [del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso] ha confirmado que tenemos todos los instrumentos necesarios preparados tras la situación que vivimos la pasada primavera con otro Estado miembro», declaró el portavoz de la Comisión, Olivier Bailly. «Irlanda no ha pedido ninguna asistencia financiera a Europa», destacó, agregando que «si es necesario, todos los instrumentos están preparados».
Los problemas de Irlanda se están contagiando al resto de países periféricos de la eurozona, como el Estado español. La prima de riesgo ofrecida por los bonos españoles a diez años respecto a sus homólogos alemanes se situaba ayer en 213 puntos básicos, mientras que sobre los bonos de Grecia y Portugal alcanzaban los 940,3 puntos y 488,9 puntos, respectivamente.
Para ayudar a los gobernantes irlandeses, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha acudido esta semana a Dublín, desde donde ha afirmado que los recortes presupuestarios previstos por el Ejecutivo para cumplir con las directrices comunitarias se podrían renegociar dependiendo del crecimiento que experimente su economía en los próximos años.
Rehn dejó entrever esta posibilidad en el transcurso de varias entrevistas mantenidas con los líderes de la oposición irlandesa, con quienes analizó los presupuestos generales del Estado para 2011, considerados como los más duros de la historia de Irlanda y cuyo objetivo es recortar 6.000 millones de euros de su déficit público, el doble de lo estimado hace un año. Esa cifra forma parte de un plan más amplio del actual Ejecutivo irlandés, que busca reducir en los próximos cuatro años el déficit público hasta el 3% del PIB desde el 14%, el porcentaje más alto de la Unión Europea.
El temor a que la situación irlandesa acentúe la devaluación de la prima de riesgo de otros países, sobre todo en el Estado español, Grecia y Portugal, ha provocado una cadena de declaraciones encaminadas a calmar los nervios de los inversores.
Para 2014, el Gobierno de Dublín espera haber impuesto unos ajustes con los que confía en ahorrar hasta 15.000 millones de euros, casi el doble de lo anticipado, situación que preocupa a la oposición por las consecuencias sociales que podría acarrear.
Los estudiantes que protestaron el miércoles en Londres contra los planes de ajuste del Gobierno británico advirtieron, a través de mensajes sms que circularon entre los miles de asistentes, de que esa manifestación, que acabó con la ocupación de la sede del gobernante Partido Conservador y que se saldó con catorce heridos y 51 detenidos, ha sido «sólo el principio».
Ayer, el primer ministro, David Cameron, quiso defender la postura de su Gobierno, y sostuvo que «la mayoría de la gente comprende que esto es necesario para sacar a Reino Unido de la zona de peligro». «No vamos a retroceder. Incluso aunque quisiéramos, no deberíamos volver a la idea de que la universidad es gratuita», manifestó.
Por su parte, el número dos del Ejecutivo, el liberal Nick Clegg, opinó que debería haber sido «más prudente» cuando prometió durante la campaña electoral que no subiría las matrículas universitarias. «En política, como en la vida, a veces no puedes hacer las cosas que quieres. Y entonces tienes que hacer lo que es correcto con el tipo de herramientas que están a tu disposición», intentó argumentar. GARA