Los Globos de Oro se crearon en 1944. La película que en aquella ocasión se llevó el mayor número de reconocimientos fue un filme con apariciones marianas de por medio: «La canción de Bernadette», de Henry King. La cinta recibiría poco después unos cuantos premios Óscar y así se iniciaría la tradición que habla de los Globos de Oro como antesala de los premios Óscar. Por aquellos días, el alcance de los premios se reducía al ámbito del cine, pero hoy en día la televisión también forma parte de estos reconocimientos. En teoría, es la prensa extranjera acreditada en Hollywood la que se encarga de seleccionar a los premiados.

Pero la rumorología (y la realidad) tiende a relacionar a los Globos de Oro con ciertos intereses empresariales vinculados a la cadena que retransmite la ceremonia. De hecho, en 1999 los periodistas con derecho a voto, un número de personas bien limitado, tuvieron que «jurar» que no cederían ante los intentos de soborno. Todo muy legal, todo divertidísimo, ya saben, historias del show business. Y precisamente estos premios que preceden a los del tío Óscar (los preceden y los señalan porque «obligan» a los académicos a reparar en los trabajos seleccionados para esta primera entrega) van a reconocer la carrera de uno de los actores más respetados de la industria de Hollywood. Ganador de dos premios Óscar por «El Padrino» y «Toro salvaje», Robert de Niro es una leyenda y, sin duda, un modelo a seguir para muchos profesionales de la interpretación. El veterano actor, realizador y productor será reconocido en enero por la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood, con el premio Cecil B. De Mille a toda su carrera en la 68 edición de los Globos de Oro. Fundador del Festival de Cine de Tribeca en 2001, De Niro es hoy por hoy un hombre de negocios que no parece estar demasiado interesado en la calidad de los proyectos cinematográficos en los que participa (¿recuerdan alguna de sus últimas películas?). Por eso resulta curioso que este premio se le conceda precisamente en estos momentos. Sea como fuere, el taxista sicópata por antonomasia gracias «Taxi Driver» recibirá en enero un premio honorífico de reconocimiento a toda su carrera. Una carrera (más de setenta largometrajes) marcada por películas simplemente maravillosas como «Cartas a Iris» o «Érase una vez en América». Filmes que sin su aportación como actor jamás hubiesen tenido el hueco que tienen en nuestra memoria cinematográfica.