Tony Scott ha encontrando a su perfecto héroe para Hollywood en Denzel Washington, actor que tarde o temprano acabará haciendo de Obama. El público que va a ver una película de acción protagonizada por el afroamericano ya sabe lo que se espera de él, así que Tony Scott nunca se complica la vida y prefiere trabajar sobre seguro, más aún en «Imparable», donde maneja un presupuesto de la Fox cifrado en cien millones de dólares. Como de costumbre, vuelve a trabajar sobre ideas que ya han funcionado antes, al igual que lo hizo en «El fuego de la venganza» o «Asalto al tren Pelham 123», que eran sendos remakes. Esta vez no se trata exactamente de tal, aunque los parecidos con «El tren del infierno» son más que razonables. Aquella realización del ruso Andre Konchalovsky de 1985 no era tan heroica y se desarrollaba sobre desolados paisajes helados. Pero, básicamente, también enfrentaba a dos hombres contra un tren fuera de control.

En «Imparable», Denzel Washington es el veterano, teniendo como ayudante a un maquinista novato interpretado por Chris Pine. El afroamericano es quien asume el riesgo, secundado por su nuevo compañero. Su valor se multiplica necesariamente en cuanto que transportan vagones cargados con explosivas materias peligrosas. El convoy va lanzado a tumba abierta hacia una zona habitada, por lo que la catástrofe podría ser de incalculables dimensiones.

Todo es vértigo y espectacularidad en la película, con pequeños incisos dramáticos en los que los dos protagonistas esbozan sus problemas domésticos, aunque la urgencia de la situación no les permite desviar la atención de cada uno de los peligros que van sorteando, incluido un tren con escolares de visita el centro de control de las líneas férreas.