No hay más que zapear unos minutos para ver cómo han puesto la maquinaria en marcha para bombardear a niños y niñas con esos regalos sin factor sorpresa que hace llegar Olentzero cada diciembre. Y aunque dicen que la sociedad avanza ideológicamente, los valores que le venden siguen intactos. Por un lado, todo un elenco de barbies con el estereotipo de mujer-sumisa; y, por otro, un abanico de pedagogía con videojuegos de guerra en la que enseñan cómo matar, torturar y legitimar la violencia, cuando se trata de personas que se enfrentan a los intereses económicos de países imperialistas y no de «demócratas de toda la vida».

Supongo que esto le pasará al Gobierno español del PSOE. Ayer, su ministra de Exteriores afirmó que «España siempre defiende la libre autodeterminación del pueblo saharaui». Visto lo visto, habrá que desconfiar aún más de lo habitual cuando algún dirigente español diga lo mismo sobre Euskal Herria. Claro que al PSOE se le olvida citar que sólo en los últimos tres años, en pro del Sahara, claro, han exportado a Marruecos armamento por valor superior a los 300 millones de euros.

En una discusión, el primero en perder los papeles suele ser el que se pone nervioso, y en política, en los últimos tiempos viene a ser el PNV. Erkoreka, que hace apariciones estelares en los medios cada bisiesto, ayer clarificó la posición de «abertzale» de su formación al criticar la oferta electoral de Batasuna en Nafarroa a EA y Aralar, no porque la unión pueda dar un vuelco en el baluarte de los cuneteros, sino porque la iniciativa de los independentistas resta presión política a la soga que han ayudado a construir con las asiduas reuniones con Rubalcaba.

Y como la honestidad brilla por su ausencia en política, y más en medios españoles, tras su comparecencia, a Brian Currin lo han querido presentar como Nostradamus. No importa que fijara un mandato de gran valor político del Grupo Internacional de Contacto, como es construir una mesa multipartita de diálogo, resulta mejor manipular y poner en su boca que ETA dirá no sé qué para Olentzero. Ya basta y sobra con una persona, Eguiguren, que diga portar una bola de cristal. Y por pedir, que no quede; le pido a Olentzero que acuda el 8 de enero a Bilbo en defensa de los derechos de los presos políticos vascos.