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Arretxe: «Nos hemos apretado tres agujeros más el cinturón»

La 28 edición del festival de marionetas Titirijai de Tolosa arrancó ayer con invitados argentinos, japoneses o italianos entre muchos otros. Su director, Miguel Arretxe, explicó que a pesar de la crisis económica han intentado mantener la dignidad y nivel de los espectáculos propuestos aunque el programa de este año se haya visto mermado en cantidad.
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Maddalen LARRINAGA | TOLOSA

Ya son 28 las ediciones que lleva celebrando el festival de marionetas Titirijai. Según explica el director de Titirijai y coordinador de Topic, Miguel Arretxe, «sigue la misma tendencia y tradición que ha tenido los años anteriores». Pero la crisis económica es dura y Titirijai también lo nota. Así, en un acto que es reflejo de esa crisis, se ha organizado un circuito donde las compañías que actúan en Tolosa visitarán localidades como Eibar, Elgoibar, Ordizia, Sestao o Ibarra. «En estos momentos de crisis cobra todavía menos sentido que el esfuerzo que significa traer compañías de tan lejanos países se desaproveche y que no los vea el mayor número de personas posible. Por eso, les ofrecemos a ayuntamientos, que contribuyen a sufragar los gastos generales».

Además, Arretxe reconoce que han tenido que ajustarse el cinturón «tres agujeros». «Hemos perdido kilos, pero lo que nos queda es del mismo nivel de calidad de otros años. Sufrimos en números, en cantidades. Tenemos menos representaciones, menos compañías, pero hemos intentado mantener el mismo nivel de exigencia. Porque la cultura siempre está en crisis».

Como es habitual, el festival guarda un espacio especial, una sección, para dedicársela íntegramente a un país, y este año ese invitado de honor es Japón. Y es que, «Japón, en Asia, es uno de los países que más conserva su tradición. Lo singular es que conserva una tradición que en Europa, en general, se ha ido perdiendo», explica Arretxe. Asimismo, con esa «ventana a Japón», se ha organizado una exposición donde se muestra el actual panorama del títere nipón, desde el tradicional, hasta el contemporáneo.

«Incide en la actual situación del títere de Japón; sus raíces y orígenes, etcétera. De lo clásico a lo moderno».

Tradición viva

En la decisión de los países participantes en cada edición influyen varios elementos. «Entramos en este mundo del títere hace muchos años y conocemos un poco por dónde van las cosas. La selección la hacemos en función de la realidad de cada área geográfica y de las facilidades o dificultades que tiene elegir un país u otro. Por un lado, hay países como Birmania, con una alta tradición de títeres, pero que su situación política no facilita la comunicación o el contacto. Lo primero de todo es que sea un país que tenga tradición titiritera. Y lo segundo, que esa tradición siga viva todavía».

Cada compañía y cada país es un mundo aparte. Así, Titirijai es una mezcla de estilos y técnicas de todo tipo. «Se usan todo tipo de técnicas. Las técnicas del títere, desde las convencionales clásicas, han ido evolucionando de manera exponencial. Casi cada titiritero desarrolla a partir de lo clásico su propia técnica. Las técnicas básicas estarán todas presentes aquí: el hilo, el guante, la varilla y la sombra estarán. Son variaciones, evoluciones de esas técnicas», explica el director del festival. Pero el japonés, como es de suponer, es un mundo aún más diferenciado. «El japonés tiene un estilo propio.

El bunraku es una marioneta que en sus orígenes llega desde China, manipulada por tres titiriteros a la vez, tapados con una capucha». Todo está plagado de calma y belleza. «La manipulación se hace de manera muy particular, dándole un realismo a la marioneta que quizás en otros países no le dan. Además, los ritmos son otros. Son más precisos, más meticulosos, más preciosistas».

Apto para todos los públicos

Siempre se ha creído que las marionetas son cosas de la infancia, pero desde Topic y Titirijai llevan muchos años intentado desmontar esa asociación de ideas que, en opinión de Arretxe, es «errónea». «Lo estamos consiguiendo. Hay mucha gente adulta que está descubriendo que el títere no es sólo para niños. La diferencia entre un títere para adultos o para niños seguramente estará más en la historia que en la técnica. No es una línea fina la que divide: esto, para niños, o esto es para adultos».

Pero, siempre teniendo en cuenta el público mayoritariamente infantil, la organización cuida el contenido de los espectáculos. Y es que no todos tienen texto y los que lo incluyen tienen que ser adaptados a la comprensión de los niños. En algunos casos han conseguido que compañías extranjeras compusieran el texto en castellano, e incluso, en una ocasión, en euskara: «Recuerdo una compañía polaca que lo hizo en un euskara perfecto, pero fue una casualidad. En la universidad de la ciudad de la compañía tienen una cátedra de euskara y el profesor de esa cátedra ayudó en el proyecto».

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