TITÍN III 15

BARRIOLA 22

Después de mes y medio de competición y 21 partidos disputados, habrá que esperar a esta tarde para conocer el nombre de los dos finalistas de esta edición del Cuatro y Medio. El partido de ayer en el Labrit fue poco esclarecedor en este sentido y dejó a Barriola esperando a lo que suceda esta tarde en el Astelena con sus manos preparadas para el día 12, mientras que del de Tricio se puede decir que cayó con los tacos bien puestos.

Porque el de Leitza dio un paso importantísimo para refrendar su plena recuperación de la mejor manera posible, sólo una carambola le dejaría fuera, tras atropellar de inicio a un Titín que, no obstante, aún sin opciones de entrar en la final, volvió a dar otra lección de su inmenso corazón y su innegable profesionalidad.

Y es que, cualquier otro se hubiera dejado llevar tras un 4-15 inicial en el que se vio arrollado por el poderío de Barriola, que se vio beneficiado de una pelota que adquirió un bote excesivo en algunos instantes. A pesar de que el de Tricio venía con la lección bien aprendida y trató de variar el guión entrando de aire a los dos primeros saques de Barriola, se quedó sin respuesta ante el aluvión de juego de un rival inspiradísimo.

Fiel a su estilo

El vuelo que adquirieron las pelotas al calor de un Labrit con buena entrada no hicieron sino refrendar a Barriola en su idea de pelotear largo e imprimir al juego una velocidad infernal que pasó por encima de su rival. El saque fue el principal pilar de esta superioridad inicial de Barriola en la primera parte del partido. Al margen de los cuatro tantos que consiguió anotarse con el pelotazo inicial, los restos de Titín no consiguieron quitarle la iniciativa del tanto al zaguero de Leitza y éste fue adquiriendo ventajas que parecieron adquirir tintes definitivos en el ecuador del choque.

Sin embargo, el orgullo es una de la pocas cosas que no se pueden atropellar y Titín de eso tiene un rato. Aún cuando sus posibilidades de entrar a la final eran mínimas, el delantero de Tricio reaccionó para despedirse por la puerta grande. Aunque Barriola era muy consciente de que entrar en el juego corto no le beneficiaba para nada, como si de una araña se tratara, el de Tricio fue enredando al zaguero en su trampa.

En su empeño de salir del cuadro dos, a Abel Barriola la pelota se le escapó varias veces al ancho y seis tantos consecutivos del delantero riojano le acercaron 15-10. Un magnífico dos paredes de sotamano, al alcance de muy pocos zagueros, por no decir ninguno, al margen de Barriola, le permitió cortar la racha de su rival, para tomar algo de aire y marcharse 10-18.

Esto tampoco amedrentó a un Titín empeñado en que los aficionados siguieran disfrutando de su magia y siguió oponiendo resistencia a base de mover a Barriola de lado a lado.

Esta pelea dio pie a tantos espectaculares como el que supuso el 14-20, con el de Tricio lanzándose a por una pelota imposible tras un voleón del navarro, cuando ya todas sus opciones de ser finalista una vez más habían desaparecido.

El esfuerzo esta vez no tuvo el premio buscado, pero sirve al de Tricio para seguir aumentando el crédito que tiene entre la cátedra, haciendo de paso mucho más lucido el importante paso que dio Barriola en busca de su quinta final de la jaula.