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Juanjo Basterra Periodista

Los chanchullos de las vacaciones fiscales no cuelan

Las diputaciones forales y el Gobierno de Lakua han utilizado siempre el Concierto Económico con el único fin de ayudar a los empresarios a ganar más dinero. Les bajan los impuestos y retiran el de Patrimonio para que las grandes fortunas no paguen y, a la vez, ponen en marcha ayudas a las empresas. Tras aquel sonado, por escandaloso, Plan 3R que llenó las cloacas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa de fontaneros del PNV, llegaron las vacaciones fiscales. Se trató de que durante un plazo aquellas empresas que iban a llevar a cabo determinadas inversiones no pagaran impuestos. Eran empresas grandes (y con beneficios) y no tan grandes. Pero el objeto era el mismo: ayudarles a obtener mayor rentabilidad, porque esas ayudas no iban acompañadas de obligaciones reales de creación de empleo estable y salarios dignos.

Desde el principio, se hizo mal. Faltó transparencia y, en este momento, se desconoce con rigor cuánto de esas ayudas se han devuelto por parte de las 330 empresas. Ni los empresarios vascos ni los responsables de las haciendas y gobiernos nos han dicho la verdad. Ahora se echan las manos a la cabeza porque no sólo tendrán que exigir la devolución de las ayudas, sino que hasta les puede caer una multa extraordinaria de entre 40 y 60 millones. La patronal, como siempre, ha sembrado el miedo: «Si tenemos que pagar, tendremos que cerrar empresas», dijo Confebask.

No me asombro. En los despachos se firman acuerdos secretos. A la población no se le hace partícipe. Falta democracia y, sobre todo, honestidad. Cuando Bruselas rechazó las vacaciones fiscales, los empresarios corrieron a decir que habían devuelto las ayudas, y los diputados generales también. Alguno, incluso, ha tenido el valor de decir que ha enviado «cien mil folios» explicando esas devoluciones. No se lo han creído. Es así de claro. Falta transparencia porque todos sabemos que hay mucho dinero al que se ha renunciado. Algunos hablan de 1.800 millones de euros del coste de las vacaciones fiscales y nos dicen que faltan unos 700 por devolver. Yo digo que esa cantidad se queda corta. Creo que Euskal Herria se merece a otros dirigentes políticos y empresariales. Basta de tanta chapuza.

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