big wall India
Sílvia Vidal, 25 días en solitario para la apertura de «Naufragi»
La escaladora catalana abre en un murallón del valle de Kinnaur (Himachal Pradesh, India) una línea de 1.000 metros pasados y dificultades máximas en artificial de A4+. Por la incesante lluvia y la humedad extrema, Vidal sufrió un episodio de hipotermia.
Andoni ARABAOLAZA
Con su última actividad, Sílvia Vidal -el nombre lleva tilde en catalán- se ha mostrado en toda su plenitud. De nuevo esta destacada figura internacional de las grandes paredes se ha caracterizado por su constante lucha por superar no sólo las dificultades técnicas que le tiene guardado el big wall elegido, sino también por «quitarse de en medio» esos agentes externos que merodean tanto a la tapia como a la escaladora. No hay otra forma para encarar y resolver esos intensos y a veces extremos retos del artificial solitario.
Claro ejemplo de ello es la que podríamos catalogar como la muy dura experiencia que vivió la escaladora catalana en su último objetivo del Kinnaur indio. Ella misma nos lo cuenta en el siguiente relato. Un relato que también deja muy claro sus ansias de combate, muchas veces efectiva, que le llevan, en términos generales, a buen puerto. Estuvo a punto de abandonar porque las lluvias y sobre todo la humedad extrema hacían insoportable la escalada. Y también estuvo a punto de abandonar porque casi no pudo progresar por la presencia de placas lisas. Buscó una alternativa que no fue de su agrado y de la que, a diferencia de muchos, ha dado cuenta de todo ello.
Sola en el «naufragio»
«25 fueron los días que empleé en escalar en solitario la vía «Naufragi», del 15 de agosto al 8 de septiembre, incluidos.
Una foto de una pared inescalada y su localización en Google Earth, era toda la información de que disponíamos. Me acompañó hasta el campo base mi amiga Eulàlia Sancho y luego ella marchó a continuar su viaje por India.
La foto la encontré de la web de John Middendorf. La zona: Kinnaur valley, Himachal Pradesh, India.
Cogimos porteadores y un guía local para que nos indicara el camino de aproximación, pues no teníamos idea de dónde se hallaba la pared y no había visibilidad alguna. Luego al cabo de mes y medio, al bajar, la vi desde la carretera. Los porteadores dejaron los petates en medio de la niebla a 3.800 metros y se fueron.
De los 7 días que pasé en ese campo base nunca llegué a ver la pared. Tardé dos días en encontrar un acceso y tuve que fijar cuerdas para ello, porque había que subir por el barranco de un río. Complicado y resbaladizo.
Como campo base avanzado (4.430 m) monté la hamaca colgada de un bloque, a pie de pared, pues no había sitio alguno para instalar la tienda desde el campo base hasta la pared. Fijé los 3 primeros largos (150 m) y estuve 25 días colgada en la pared, en solitario, con muy mala meteo. Los periódicos locales publicaban que en el Kinnaur éste año ha habido un 156% más de lluvia de lo habitual. Hubo niebla y lluvia cada día. Llegué a perder el conocimiento, por hipotermia, debido a la humedad constante. Hice un cálculo para 18 días y estuve 25.
Aparte de soportar las inclemencias meteorológicas, tuve que batallar contra mis principios, porque a partir del décimo largo (día 14) empecé a hacer agujeros tallados para gancho, para poder progresar por algunos de los tramos de placas monolíticas que no daban opción. El motivo fue que no tenía suficientes espits y no quería abandonar la vía por ese motivo. Intenté abandonar llegando incluso a destrepar parte de un largo, pero luego lo volví a escalar. Demasiados esfuerzos e ilusiones hasta el momento. He intentado no usar los picados para incrementar el grado de los largos, con lo cual los A4 y A4+ son naturales, sin tallados. El precio de ir a una zona desconocida sin información de ningún tipo. Y lo cuento porque me parece importante explicar cómo se hacen las cosas y el porqué.
Me colgué a vivir a la pared sin haber tenido tampoco la oportunidad (durante 11 días) de estudiar la pared con detenimiento, pues no hubo momentos largos de visibilidad, lo justo para coger la cámara y fotografiar... Y niebla o lluvia de nuevo. No es sólo la línea escogida la que no tiene continuidad sino la pared entera. Muy monolítica a tramos. Por contra los largos de artificial extremo los apuré mucho, intentando espitar lo mínimo, con lo cual tuve más caídas de lo habitual y los tramos difíciles salieron bastante intensos.
Llegué hasta el final de la pared principal (5.250m) abriendo la vía «Naufragi» (1.050 m A4+/6a+). A partir de ahí no sé cuánto queda para la cumbre de la montaña, porque ni llegué a verla. Intuyo que estaba aún lejos».
En la siguiente entrevista concedida a GARA, Sílvia Vidal amplía algunos aspectos de la dura expedición que realizó en solitario en ese murallón que nos hace recordar a El Capitán californiano.
Para esta expedición sólo se llevó una foto sacada de la web de John Middendorf. ¿Qué ha significado para usted esta expedición yendo con la mínima información posible, justo en unos tiempos donde la información a través de Internet es verdaderamente apabullante?
Mucha incertidumbre; antes, por no saber si se podría acceder a ella y durante, porque una vez allí la meteo no facilitó la logística ni el acceso.
Aunque, por el mal tiempo, apenas pudo ver la pared, ¿cómo la presentaría?
Bonita, monolítica y más grande de lo que parece a simple vista, cuando se deja ver.
Según deduzco de su relato, la vía no es muy continua. Me imagino que se refiere a la dificultad. ¿Tiene alguna particularidad?
La vía es muy mantenida en cuanto a la dificultad que tiene en ser escalada. Los tramos de artificial son muy extremos, pero al ser cortos, porque no hay nada... pues no sale más grado. Si hubiera usado los picados entre tramo y tramo de artificial sí que hubiera salido mayor dificultad, pero eso ya no estaba dispuesta a hacerlo.
No abandona a pesar de que cogió una hipotermia en pleno «naufragio». Y tampoco abandona a pesar de pillar placas monolíticas y darle al tallado o picado. En la primera cuestión deja claro que quería luchar como siempre. En la segunda cuestión ya entra el siempre delicado tema de la ética. En estos tiempos se agradece que una escaladora como usted no esconda lo que ha hecho, pero, ¿cómo ve esta cuestión de la ética y de hacer unos tallados para progresar?
Lo veo como siempre, mal. Es algo que no suele contarse porque se le quita importancia y pasa en muchas vías de artificial extremo. De hecho en la mayoría de las que he repetido. Para mi fue plantearme la situación y decidir hasta dónde...
Se puede comprender por qué no abandonas si intentas plantearte lo que significa estar de expedición (con todos los preparativos e ilusiones que conlleva), solo, durante más de un mes, en un lugar remoto (de difícil acceso), totalmente incomunicado, sin información (con lo cual la logística no la puedes controlar demasiado) y con muy mala meteo (que al fin y al cabo es lo que hace que sufras más o menos).
Para terminar, le pediría una valoración sobre esta apertura-expedición-escalada.
Muy dura en todos los aspectos.A. A.