Hasta no hace muchos años el acceso a estas cumbres que forman un curioso cuerno en el perfil norteño del cordal que circunda Iruñerria se realizaba desde Izurdiaga y Urritzola, aprovechando el llamado «tren del oeste» que alcanzaba el nudo de Altsasu y los autobuses regulares. Hoy día el camino ha desaparecido en su tramo superior, borrado por la vegetación. En la actualidad, el mejor acceso se realiza desde Ilzarbe, pueblo perteneciente al valle de Ollo, situado en la vertiente contraria.

Estas dos picudas montañas se alzan en el extremo NE de la sierra de Andia, separadas por la profunda garganta abierta por el río Arakil, de su prolongación con la pequeña sierra de Oskia. El recorrido de esta excursión «mañanera», es suave en buena parte del itinerario, a excepción de los últimos tramos de subida a las cumbres. En conjunto presenta un paisaje de transición con los bosques de carrascas y encinas, donde se mezcla con el quejigo y el roble. El hayedo solamente lo veremos asentado en la vertiente del valle del Arakil.

En el camino al valle de Ollo merece la pena detenerse para ver el antiguo monasterio de Iarte, el más importante en la cuenca de Iruñea en el medievo. Documentado en 1024 con la donación del rey Sancho el Mayor, incorporando al monasterio de Iratxe. Mientras la pequeña iglesia románica del monasterio de Iarte ha sido rehabilitada, el resto de las edificaciones del monasterio se encuentran en ruinas. Por la carretera de Ororbia y Asiain hay que tomar el desvío a Lete.

La excursión arranca de la parte alta del pueblo (540 m.), dejado el frontón donde podemos aparcar en sus cercanías. Tras tomar una pista con un primer tramo de cemento, donde hay poste indicador del sendero PR NA-170 (Vuelta del Valle de Ollo), continuaremos con piso de grava, dejando al paso el cementerio de Ilzarbe. Más arriba, en un cruce tomaremos el desvío de la izquierda, en un momento que daremos vista sobre el valle de Ollo, con el pueblo de Senosiain al fondo, el peñasco de Txargain y los altos de Treku.

Pronto nos introduciremos por el frondoso bosque mediterráneo, en el momento en que el citado sendero abandona la pista. Sin dejar de subir suavemente por la pista se alcanza una barrera canadiense, a la entrada de un amplio rellano herboso donde hay rediles y comederos para el ganado. Es el momento que daremos vista emergiendo sobre el verde oscuro del bosque la erguida cumbre de Txurregi, y poco más tarde la de Gaztelu. Tras dejar un portillo metálico y los restos de una borda con un barracón adosado iremos superando el escalonamiento de la vegetación hasta situarnos en la rinconada del barranco, donde abandonaremos la pista que sigue ganando altura por el carasol del Gaztelu.

Dos mojones de piedras nos indican el inicio de la senda que conduce por una inclinada ladera herbosa al collado de Ollariegi (830 m.). Portillo que da paso al pueblo de Urritzola. Aquí, tendremos dos opciones de hacer cumbre. A la derecha, dejando la alambrada de límite en el cordal una senda nos evitará ganar la primera cota, hasta salir a un rellano, donde hay una balsa artificial. Poco más adelante, un mojón de piedras nos facilitará el encuentro con la senda que lleva tras fuerte pendiente a la cumbre de Gaztelu (1001 m.).

En su pequeña cumbre, un recinto circular de piedra de sillería constituye la base de un antiguo torreón de vigía que hace gala el nombre de esta montaña.

Alcanzar la cúspide hay que hacerlo con más filosofía. Desde el collado no tenemos más que seguir una senda que va paralela con una alambrada, por un terreno herboso y muy inclinado y algo pedregoso en su parte superior. La cumbre de Txurregi (1.125 m.) es estrecha y alargada ofrece una extensa panorámica, especialmente sobre Iruñerria y las montañas que circundan esta amplia cuenca, las sierras de Aralar, Andia, Sarbil, las montañas de la divisoria de aguas Cantábrico-Mediterráneo y en el horizonte oriental el encrespado perfil del Pirineo vasco.