Con cierto tono de broma, el técnico rojiblanco, Joaquín Caparrós, adjudicó a la diosa fortuna, o mejor dicho a «la Virgen de Begoña y la de la Consolación» el que su equipo sumara los tres puntos en el tiempo de prolongación gracias al cabezazo de Carlos Gurpegui tras el corner botado por David López.

«En cuatro años pocas veces hemos tenido la suerte de hoy (por ayer). Estoy contentísimo, aunque no hemos jugado con la intensidad que queríamos. Hemos estado fríos, como el día, y Osasuna nos ha jugado muy bien. Gorka (Iraizoz) ha estado muy bien y también Carlos (Gurpegi), que antes ya la había tenido», explicó el técnico de Utrera.

Caparrós insistió en el mérito de la escuadra navarra porque ha «trabajado muy bien» el partido y ha «tapado las bandas y los espacios a mis jugadores». «Era difícil generar ocasiones, aunque teníamos que haber sacado más rabia, salir con más intensidad y ser más sólidos a nivel colectivo. Pero estoy contento porque hemos mantenido la portería a cero y eso da confianza, y hace saber a los rivales que es difícil ganar aquí», dijo.

El protagonista final, Carlos Gurpegi, se mostró especialmente contento por su gol, ya que «era la última jugada del partido» y así lo expresó sobre el césped. «Me tengo que calmar en las celebraciones porque no puede ser que me vuelva loco cada vez que meto un gol. Cuando veo las imágenes en casa, mi novia me dice que ese no soy yo, pero sí lo soy», expresó feliz el navarro, para quien marcarle a Osasuna «siempre es especial».