Raimundo Fitero
Esta vez sí
Estábamos tan acostumbrados a asistir a esas ceremonias de la confusión que son las noches electorales en las que nadie ha perdido, que ver asumir la derrota en las elecciones catalanas se considera como un hito. El auténtico cambio de estilo. También es cierto que los resultados son inapelables, que la comparación con la anterior cita electoral nos provoca una desazón imparable. Se pueden hacer muchas lecturas, pero el crecimiento del centro-derecha, autonomista y españolista, no puede obviarse y debe ser tenido muy en cuenta porque puede que sea una tendencia de los tiempos futuros. La crisis y su amante el señor Mercado están propiciando estas reacciones de los votantes que buscan una solución milagrosa, pero que pueden entregar el destino en manos de los más fanáticos servidores del tal señor y su padre el Capital.
Televisivamente, estas elecciones han servido, al menos en la televisión catalana TV3, para mostrar nuevos instrumentos de mostrar los resultados estadística, y a la vez comprobar como a las doce de la noche estaba escrutado el cien por cien de los votos, lo que es un signo de avance innegable en cuanto al uso de los recursos informáticos. Con un formato clásico: pareja de presentadores que van dando los datos globales con esos nuevos grafismos; mesa con miembros de los partidos con representación parlamentaria comandados por uno de los mejores comunicadores catalanes, Josep Cuní, y con equipos móviles en las sedes de todos los partidos que lograron representación, TV3 hizo gala de un buen músculo democrático. Y por ello logró el treinta por ciento de audiencia en el especial elecciones.
En la mañana del lunes, el propio Cuní sigue comandando una mesa de análisis, y como esta vez sí se han asumido las derrotas, han ido apareciendo para analizar la situación, especialmente los miembros del tripartido que gobernó los últimos años. Puigcercós de ERC, vuelve a entrar en directo para dar la cara después de haber perdido más de la mitad de sus escaños y señalar la pérdida de fuerza electoral de la opción independentista, que ha pasado de veintiuno a catorce escaños. A estudiar estos resultados por si acaso son menajes del oráculo.