ELECCIONES EN CATALUNYA
Primeros movimientos en la escena política tras el vuelco electoral
Digeridos los resultados electorales del 28-N, el de ayer era el día de los balances y del pistoletazo de salida a los movimientos internos. Entre los grandes perdedores, José Montilla (PSC) anunció que ni siquiera tomará su acta de diputado aunque la ejecutiva decidió no adelantar su congreso, previsto en otoño del próximo año. Tampoco ERC, de Joan Puigcercós, tiene prisa por dar acuse de recibo a su desplome. Pero la marejada va por dentro. Y si no, al tiempo.
Dabid LAZKANOITURBURU
Es como si lo tuviera calculado desde hace tiempo. Tras una campaña en la que no pudo, o no quiso, esconder su faceta de perdedor y cedió casi todo el protagonismo a personajes como el ex presidente Felipe González, el president en funciones y primer secretario del PSC, José Montilla, dio ayer un paso más y anunció que no tomará posesión de su escaño en el Parlament. Montilla, quien ya anunció el domingo que no optaría a la secretaría general, hizo estas declaraciones tras una ejecutiva del PSC que se alargó durante más de cinco horas de debate y reflexión interna tras el peor resultado de su historia.
Montilla da «un paso al lado» pero la lucha interna se adivina encarnizada entre las dos almas, catalanista y españolista, del partido. Y ya ha comenzado la guerra de posiciones de cara al congreso que tendrá lugar finalmente en un año, en el próximo otoño. La «número dos» y representate del sector catalanista, Montserrat Tura, no asumirá en este interregno las riendas del partido, que quedarán en manos de Joaquim Nadal, quien presidirá el grupo parlamentario. Miquel Iceta seguirá de portavoz del PSC en el Parlament.
Tampoco bajan claras las aguas en ERC, condenada al quinto puesto tras perder la mitad de escaños y casi el 50% de los votos respecto a 2006. Su líder, Joan Puigcercós, prometió al término de la reunión de su ejecutiva una nueva hoja de rutas. En cualquier caso, tampoco habrá congreso hasta después de las municipales de mayo.
En cuanto a las causas del desastre electoral de los republicanos, Puigcercós mencionó el desgaste por la crisis económica aunque no eludió la cuestión de la fractura interna, visible en el anterior congreso del partido. Tampoco obvió la fuga de votos a Solidaritat Catalana, de Joan Laporta y, en menor medida, a Reagrupament.
Puigcercós aseguró que nadie pidió su cabeza ni la del «número dos» del partido, Joan Ridao. Tampoco es extraño, habida cuenta de que la oposición interna en ERC decidió en su día pastar en otros prados. Otra cosa es que Puigcercós y su equipo no tengan que rendir finalmente cuentas por el desastre. El problema es que las municipales están a la vuelta de la esquina y una nueva «noche de los cuchillos largos» en el partido podría dejarlo a la intemperie ante la nueva cita electoral y profundizar en su debacle.
La batalla por Barcelona
Aun siendo pronto para hablar de las municipales, la siguiente apuesta de CiU será arrebatar al PSC su tradicional Alcaldía de Barcelona. Y los resultados del domingo le sitúan en un disparadero inmejorable. Los convergentes han superado con facilidad al PSC en la capital condal y les han doblado en votos. La victoria es aún más contundente habida cuenta de que han conseguido doblegar al PSC en su tradicional granero de votos de la metrópoli barcelonesa.
CiU, que anunció que espera formar en torno a las fechas navideñas un Govern en minoría y con pactos puntuales, adelantó ayer que su guía estará marcada por la austeridad.
Aún es pronto, aunque la larga experiencia pasada de ejecutivos de CiU y la decisión de mantener en misión en Madrid al «número dos» de la coalición y líder de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, hacen presagiar que no habrá el por algunos anunciado giro soberanista en un partido ante todo «de orden».
Mas ha hecho de la exigencia del Concierto Económico (como el vigente en Nafarroa y en la CAV) bandera electoral, pero todo apunta a que esa enseña será el techo en un proceso negociador a la baja con el Gobierno español de turno (sea PSOE o PP) contrario a esa cesión.
Independentistas
Fortalecido en su experiencia en solitario, Solidaritat Catalana per la Independència (SI) descartó totalmente que vaya a facilitar la investidura de Mas con la abstención de sus cuatro diputados salvo si incluye un compromiso para avanzar hacia la independencia de Catalunya.
Laporta tendió la mano a ERC y a Reagrupament, que se ha quedado fuera del Parlament, aunque advirtió de que «no caeremos en el mientras tanto», en referencia a la estrategia de los republicanos, que han primado en los últimos años el componente de izquierda en detrimento de la cuestión nacional en un intento, todo apunta que fracasado, de escorar hacia el catalanismo al PSC.
El diputado de ERC en el Congreso español Francesc Canet recordó que si se suman los votos de ERC, SI (más de 100.000) y Reagrupament, el independentismo habría logrado 400.000 votos, prácticamente los mismos que su formación cosechó en 2006. Hay que recordar que el independentismo de izquierdas representado por la CUP decidió no presentarse y esperar hasta las municipales.
Canet propone, en el marco de la reflexión interna de ERC, apostar por abrir cuanto antes «un diálogo fluido entre fuerzas declaradamente independentistas», tengan o no representación parlamentaria.
El candidato de CiU a la Presidencia de la Generalitat, Artur Mas, se compromete por una Catalunya que no sólo seguirá «ayudando al resto de España» sino que también pedirá que se la ayude en estos tiempos de crisis.
El ex presidente Jordi Pujol situó la exigencia del Concierto en sus justos términos, al recordar que Catalunya aporta el 8,5% de su PIB a las arcas estatales cuando «en Alemania los länder sólo aportan el 4%. Es lo que nosotros pedimos».
La presidenta de la sucursal del PP en Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho, erigió a su partido en el único «capaz de capitalizar el sentimiento no nacionalista (sic)» y «la defensa de una España de todos, sin sanciones, prohibiciones ni multas».
El número uno de ICV, Joan Herrera, reivindicó para su formación un proyecto «sólido, entero y cohesionado» y dejó entrever que aspira a liderar la izquierda en el Parlament tras los batacazos sufridos por sus socios de PSC y ERC.
Los analistas españoles trataban y polemizaban sobre la extrapolación de estos resultados a unas elecciones generales. Así, ponían el acento en la pérdida de votos del PSC en los graneros naturales del PSOE y en el repunte del PP en Barcelona.