Pedro José Malagón, titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Donostia, ha dictado una sentencia en la que «se califica como culpable el concurso» de acreedores de la Real Sociedad. La calificación de culpable afecta sólo a Iñaki Badiola y se declara cómplice a su sociedad Light House Consulting SL. Se inhabilita al que fuera presidente realista en 2008 «para administrar los bienes ajenos durante un período de dos años, así como para representar o administrar a cualquier persona durante el mismo período».

También el juez Malagón exime a la Real de pagar nada de los 2.234.000 euros que Badiola presentó como un préstamo de Light House pese a que en un fallo anterior le adjudicó el derecho a cobrar en el caso de subir a Primera. Ahora la sentencia le deja sin ese dinero porque «se decreta la pérdida de cualquier derecho que pudiera tener Ignacio Badiola Menéndez y Light House Consulting como acreedor concursal o contra la masa».

Ante esta sentencia, Badiola puede presentar un recurso de Apelación ante la Audiencia Provincial de Gipuzkoa.

Una sentencia dura con todos

La sentencia a la que ha tenido acceso GARA, es mala para Badiola, pero también tumba la mayoría de los argumentos de la administración concursal y debe preocupar a cualquiera que quiera gestionar la Real en el futuro porque el juez considera que el concurso «debe de ser declarado culpable, habida cuenta de que no es sólo el descenso de categoría y posterior no ascenso (...) lo que nos lleva a la situación de insolvencia, sino que la misma es coadyuvada por la propia situación económica de la entidad, que no es corregida con los debidos ajustes presupuestarios para afrontar su actividad en un escenario de radical disminución de ingresos, en unión del incumplimiento de los presupuestos aprobados, gastando más de lo presupuestado y aumentando el pasivo».

Considera que la calificación del concurso como culpable, «requiere un elemento subjetivo, como es la consciencia por parte del órgano de administración de que con su conducta puede provocar o agravar la situación de insolvencia y que esa conducta exceda de los límites de una diligente administración societaria, circunstancias que concurren en la conducta del Sr. Badiola, pues ha quedado acreditado que gastó en exceso, excediéndose de lo presupuestado, provocando un mayor endeudamiento a la entidad».

Responsabiliza al Consejo anterior de crear «el caldo de cultivo a la situación concursal» porque «tiene las cuentas de la sociedad pendientes de un alambre antes del descenso a Segunda (...) y elabora unos presupuestos inadecuados después del descenso y también incurre en desviación presupuestaria».

Ve como atenuante que Badiola «pone en juego su propio peculio», pero añade que «no cabe duda de que como responsable de la actuación negligente apreciada debe ser declarado como afectado por la calificación culpable de concurso» y coloca como cómplice a su sociedad Light House Consulting SL, a la que adjudica «la misma culpa grave que se aprecia en el señor Badiola».