Como para echarse a temblar con la que se le avecina a Osasuna este próximo sábado. La exhibición que ofreció este pasado lunes el Barcelona ante su rival directo asusta a cualquiera y sólo anima el pensar en una cierta relajación de los culés durante una semana en la que sólo van a rondar alabanzas sobre sus cabezas. En cualquier caso, conociendo la capacidad motivadora de su técnico, Pep Guardiola, seguro que arriban a Iruñea con las pilas bien cargadas.

De hecho, instantes después de vapulear al Real Madrid, y fiel a su estilo, el preparador azulgrana ya se marcó el reto de «asimilar todos los elogios que vamos a recibir para poder ir a Pamplona a competir porque el año pasado dejamos ahí dos puntos» y les recordó a los suyos que Osasuna «es un equipo que aún no ha perdido en casa», estadística que acumula desde hace nueve meses.

En cualquier caso, a actitud no les pueden ganar a los rojillos, mentalizados por mantener su fortaleza casera y necesitados de sumar algún punto tras la derrota en San Mamés. El problema radica en plasmar sobre el césped una estrategia que anule el enorme potencial del contrario. El debate sobre si presionar al Barça arriba o esperar en propio campo ya está en boca de todos, coincidiendo con la vuelta al trabajo del equipo en la jornada matinal de ayer.

Para algunos miembros de la plantilla hay otros factores a tener en cuenta que le pueden poner más cuesta arriba el encuentro a la escuadra blaugrana. Las dimensiones de El Sadar y la intensidad física que se le pretende dar al choque son aspectos favorables para los anfitriones, a juicio de Soriano. «Claro que te pueden ganar 0-4, pero nuestro campo es la antítesis para el fútbol que practica el Barça. Pequeñito, con pocos espacios y donde siempre estás junto», señaló respecto a las características del estadio iruindarra.

«Que sientan rodillas, codos...»

Lo mismo cabe decir, según el mediocampista maño, respecto a la motivación del plantel osasunista. «La gente está metidísima y por nuestra parte no va a quedar el intentar sorprenderles» porque ellos «saben lo que se vive aquí y lo que se van a encontrar, son conscientes de que se van a encontrar esa dificultad», afirmó.

En este sentido, Soriano especificó que «tendremos que ser contundentes y que sientan todo. Tiene que ser un partido físico y muy duro. Desde el primer momento deben sentir nuestras botas, rodillas, codos...».

La campaña anterior Osasuna ya recogió el premio a su esfuerzo en el último instante cuando un mal rechace de Piqué a centro raso por la izquierda de Camuñas se tradujo en el empate a uno, después de que Keita adelantara al cuadro blaugrana a falta de un cuarto de hora para el final.