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Permanentemente condenado a sufrir, el Arrate sufrió anoche su novena derrota de la temporada. Que puede traer consecuencias. Si el Alcobendas da mañana la sorpresa en Logroño, enviará a los albiazules a puestos de descenso.

Aunque no lo haga, el enésimo tropiezo del equipo eibarrés le condena a seguir penando y le obliga a exprimirse al máximo en sus próximos compromisos, especialmente en el que traerá al Puerto Sagunto a Ipurua el próximo sábado.

Será, en principio, un rival más asequible que el Cuenca, que anoche forzó el bajón de su anfitrión tras el descanso para acabar llevándose los puntos. El triunfo de los de Zupo Ekisoain, en realidad, comenzó a fraguarse en la recta final del primer tiempo. Tras muchos minutos por delante en el marcador, el Arrate no supo aprovechar una doble exclusión en su rival para abrir brecha de manera definitiva. El Cuenca lo agradeció empatando en el último suspiro.

En la segunda parte la tendencia se invirtió definitivamente y las diferencias se fueron abriendo, siempre del lado conquense, hasta alcanzar los seis goles (15-21 a siete del final). Un último arreón de casta permitió al Arrate maquillar el marcador.

Visita al colista

San Antonio, por otra parte, busca su sexta victoria consecutiva en el Javier Lozano de Toledo (18.00). El reto es, en teoría, asequible, no en vano visita al farolillo rojo. Un Toledo que apenas ha celebrado una victoria aunque, eso sí, la consiguió frente al Valladolid.