La segunda ronda de los comicios legislativos egipcios se vivió ayer con una escasa participación y escasas opciones de voto, ya que casi todos los candidatos eran parte del Partido Nacional Democrático (PND), del presidente Hosni Mubarak.

Después de que los dos principales grupos opositores, el islámico Hermanos Musulmanes y el liberal Wafd, se retiraran de las elecciones por las irregularidades cometidas en la primera vuelta, en muchas circunscripciones sólo concurrieron a esta cita los aspirantes del PND.

Está previsto que los resultados finales se den a conocer el miércoles, pero el diario gubernamental «Al-Ahram» indicó ayer en su versión digital que el cuadro de Mubarak tenía «asegurada una mayoría del 97% en el próximo Parlamento».

«Los Hermanos y el Wafd se retiraron, pero habría sido mejor si hubieran continuado porque servían a la gente», dijo a Efe el egipcio Yaser Ahmed a la puerta del colegio electoral Salah Edin, en el popular barrio de Sayeda Aisha.

También se mostró crítica con las escasas opciones de voto de la jornada de ayer Nagua Adli, miembro del movimiento opositor Kifaya y observadora en los centros de votación de este barrio, para quien «las elecciones esta vez son débiles porque sólo se presentan cuatro candidatos [en ese colegio] y ya está resuelta para el PND».

De hecho, en los tres centros de votación visitados por Efe a los dos escaños en disputa concurrían tres candidatos del partido gobernante, mientras que el cuarto se presentaba como independiente pero era también militante de este grupo.

Pero, aunque que en la mayoría de las circunscripciones los candidatos que se enfrentaron en esta ronda son miembros del régimen de Mubarak, en el poder desde 1981, la compra de votos tampoco faltó en esta cita electoral, según denuncias de algunos de los electores.

«Algunos vienen a votar para cobrar 20 ó 50 libras», aseguró Ahmed, quien explicó que en su barrio ya se había registrado falsificación y que los candidatos ofrecen ese dinero antes de los comicios.

Observadores independientes y ONG dijeron que la primera vuelta fue fraudulenta y no se desarrolló con transparencia, una denuncia que fue ratificada por los Hermanos Musulmanes y el Wafd al justificar su retirada de la prueba electoral.

Escaños asegurados

El partido gobernante, que obtuvo 209 diputados en la primera vuelta, de un total de 508, tiene aseguradas ya las tres cuartas partes de la cámara baja del Parlamento debido a que muchos de los escaños ahora en juego son disputados por militantes de ese partido.

A la votación de ayer estaban convocados 28 millones de egipcios, pero la participación fue muy baja. Al final de la jornada hubo incluso urnas casi vacías.

En la primera ronda, la participación fue del 35% del padrón, según la Comisión Electoral, aunque observadores independientes calculan que estuvo entre el 10% y el 15%.