ANALISIS
Esta vez sí, EEUU tiene toda la razón
Dabid LAZKANOITURBURU I
Con la vista puesta en la compleja cuestión coreana, confieso que me sigue sorprendiendo la aquiescencia que se muestra desde Occidente a la versión de EEUU o, lo que es lo mismo, del virreinato de Corea del Sur respecto a la cuestión coreana.
A estas alturas, y con lo que ha llovido y está lloviendo -en plena sangría de los documentos filtrados por Wikileaks-, se cuentan con los dedos de la mano los medios y los analistas que se tientan -nos tentamos- la ropa antes de asumir las versiones maniqueas tan al gusto de Washington.
No seré yo quien defienda al como mínimo poco opaco régimen norcoreano, pero de ahí a dar por buena la política dinamitadora del matón convertido en presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, media un abismo al que sólo se puede saltar con un paracaídas tejido con la bandera de las barras y estrellas.
Ocurre que el artefacto made in USA ha mostrado, reiteradamente, tendencia a fallar y a dejar con lo puesto a los que hicieron profesión de fe de su infalibilidad.
Eso les pasó a los que no tuvieron empacho alguno en apoyar la invasión de Irak y se vieron obligados luego a tragarse el sapo de que todo fue una gran mentira.
Casi unánime fue el coro mundial que saludó la invasión de Afganistán. La paz, la democracia, el respeto a los derechos de las mujeres iban a llegar al país asiático.
Nueve años después, asistimos a una alocada carrera por ver quién es el primero que sale de aquel atolladero. Y los que aplaudieron aquello se desdicen sin sonrojo alguno. Los mismos que siguen sin aprender de sus errores y repiten, como loros, la enésima versión estadounidense, esta vez con respecto a Corea del Norte.