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Gipuzkoa, el invento castellano para recaudar fondos y atacar nafarroa

A más de uno le escocerá escuchar que Gipuzkoa es un invento castellano. Si es impaciente, le entrarán ganas de soltar algún «zartako». Pero, si tiene algo de tiempo, quizá merezca la pena que dedique un tiempo a ver el nuevo documental de Nabarralde, «Gipuzkoaren jatorria».

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Aritz INTXUSTA I

Los vascos no salieron de las cuevas para fundir hierro en Altos Hornos. Ni mucho menos. El hecho de que sean el pueblo más antiguo de Europa y esa afición a levantar piedras, no significa que hubieran salido ayer de la edad primitiva. Transcurrieron siglos desde que se empezó a ordeñar a las latxas hasta que los obreros comenzaron a encorvarse trabajando en la industria. Nabarralde se dedica precisamente a estudiar y divulgar qué ocurre entre estos dos hechos sin duda relevantes para el devenir de los vascos. Porque «en ese salto se pierde el reino y la existencia como país independiente», explica Ángel Rekalde, director de esta asociación.

Grabada a fuego, en la memoria colectiva de este país está marcada la fecha de 1512, que fue cuando perdió su independencia. Más desconocida es la fecha de 1200, cuando los castellanos se comieron la mitad de Nafarroa tras rendir Gasteiz y así modificaron para siempre las fronteras del reino vascón. «Ahí es donde surge esa dicotomía que sigue hasta hoy, que confunde una identidad política, la navarra, con otra identidad étnico-cultural, la vasca». «Gipuzkoaren jatorria» parte de este punto de inflexión, del inicio de una crisis fronteriza sobre la que se fraguaría después una sicosis identitaria que continúa agudizándose a día hoy, cuando los territorios del estado de los vascones se encuentran desgajados en tres demarcaciones políticas distintas: la CAV, Nafarroa y el Estado francés. «Este documental, el segundo que hacemos, está encaminado a profundizar en el significado de 1512, porque esta fecha no sólo afecta a los navarros, sino a todos los vascos, porque Nafarroa era el estado independiente de todos ellos», afirma Rekalde.

Según «Gipuzkoaren Jatorria», cuando los castellanos se apoderaron de lo que hoy se conoce como Gipuzkoa, el territorio estaba dividido en tres tenencias navarras distintas: Aizorrotz, Donostia e Ipuzkoa. Estas tres tenencias no han desaparecido del todo de la memoria de los actuales guipuzcoanos, ya que se las sigue recordando en el escudo del herrialde en forma de árboles, los tejos. El documental, que se apoya en mapas y en nuevos hallazgos en excavaciones de castillos navarros en Gipuzkoa, sostiene que el herrialde no llegaría a tomar forma de provincia hasta 1397, cuando aparece por primera vez escrito el nombre de la Hermandad de Gipuzkoa, haciendo referencia a una misma administración única para las tenencias de Ipuzkoa y Donostialdea. Por tanto, Nabarralde reniega de los mitos de la versión oficial. Gipuzkoa jamás pactó su anexión a Castilla. No pudo hacerlo, porque no existía. Además, en recientes yacimientos de castillos y fuertes se aprecia un estrato de hollín, de ceniza: los castellanos tomaron esas fortalezas por la fuerza, quemándolas.

Las voces que sostienen el relato de este documental son las del castillólogo Iñaki Sagredo y los historiadores José Luis Orella, Idoia Arrieta y Beñii Agirre. El papel de narradora recae en la periodista Maialen Iriarte, que se expresa en euskara. Los no euskaldunes pueden seguir el relato, activando los subtítulos. Así, irán descubriendo cómo los castellanos fueron recomponiendo las villas, primero las marineras y luego las del interior, para configurar Gipuzkoa con dos objetivos: ganar dinero y apuñalar al reino de Nafarroa, es decir, a los vascos que mantenían su independencia gobernados por Sancho VII, el último de la dinastía Jimeno.

«Una vez que Castilla conquistó las tres tenencias, comenzó a interesarse en la costa. Las villas costeras eran de una importancia capital para el comercio de mercancías. Pero los vascos también eran unos feroces marinos con una potente armada y excelentes balleneros», asegura el director de Nabarralde. El rey castellano volvió a entregar sus fueros a las villas pero, esta vez, dependerían de otro reino. Éste fue el primer gran cambio elaborado por los castellanos. La segunda gran transformación tuvo un objetivo militar; el asedio a Nafarroa. Está fechada en 1256 y se concretó en el establecimiento de fortificaciones en la frontera: Hernani, Agurain, Segura, Tolosa....

En definitiva, la Gipuzkoa que conocemos la inventaron los castellanos para su propio beneficio, después de 200 años de conquista, para imponer fronteras a Nafarroa. Desde Nabarralde, son conscientes de que a muchos no les alegrará oírlo, sin embargo, pretenden ahora elaborar otro documental sobre los orígenes de Bizkaia. Y ése, a buen seguro, resultará más polémico aún.

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