Decenas de miles de manifestantes desfilaron ayer en Roma a convocatoria del Partito Democratico (PD), principal formación de oposición (centroizquierda). La movilización estaba prevista desde hace tiempo, pero cobró una mayor importancia teniendo en cuenta que el martes se vota una moción de censura contra el Gobierno de Silvio Berlusconi.

«Estamos aquí para dar un mensaje de confianza y de cambio a Italia», declaró el secretario del PD, Pier Luigi Bersani, ante los manifestantes.

«No se puede seguir así, Berlusconi tiene que irse a casa, hay que avanzar en una nueva dirección», dijo.

«Trabajaremos hasta el último momento para que a partir del martes comencemos un nuevo camino. No se trata solo de cambiar de gobierno. Lo que hay que superar es un periodo de nuestra historia política, hay que enfrentarse al sistema», añadió Bersani.

Por encima de la multitud, una inmensa pancarta roja de una veintena de metros reclamaba «otra Italia».

Muchos de los asistentes a la manifestación eran estudiantes que en las últimas semanas se han movilizado contra la reforma universitaria y los recortes presupuestarios decididos por el Gobierno.

Una sección del cortejo estaba ocupada íntegramente por personas del mundo de la cultura, bajo la pancarta «Pan y Cultura», que protestaban contra los recortes presupuestarios que afectan duramente a este sector que da empleo a 550.000 personas.

Los jubilados también eran numerosos. «El Gobierno ha destruido todo, especialmente la sanidad y a los jubilados», lamentaba Silvio Andagalli, de 76 años.

Unidad en la derecha

Dieciseis parlamentarios derechistas, diez del Popolo della Libertà de Berlusconi y seis del FLI de Gianfranco Fini, pidieron ayer a sus líderes que «se supere» la moción de censura del martes y se sienten a negociar de nuevo sobre la reforma constitucional y temas económicos.