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«Los jóvenes tienen que saber que tocar un instrumento es un privilegio»

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Mario CAROLI I Flautista

Mario Caroli, uno de los virtuosos de la flauta más prestigiosos de la actualidad, estuvo la pasada semana en Bilbo para ofrecer un recital con nueva música vasca para su instrumento y protagonizar una clase magistral con los jóvenes estudiantes de flauta del Conservatorio Arriaga.

Mikel CHAMIZO |

El italiano Mario Caroli es uno de los solistas de flauta más eminentes de la actualidad musical, además de un músico bien conocido y apreciado en Euskal Herria, donde ha actuado en ediciones recientes de la Quincena Musical donostiarra. Caroli es una figura de referencia en el desarrollo de la flauta moderna, trabajando con grandes compositores como Ferneyhough, Lachenmann, Saariaho o Sciarrino. En el curso de sus múltiples visitas, ha ido estrenando también obras para flauta sola de algunos de los más destacados compositores vascos, que fueron recopiladas en su actuación que tuvo lugar el pasado jueves en el Guggenheim de Bilbo.

¿Cuándo decidió que usted y su flauta eran suficiente reclamo para atraer al público?

En realidad es bastante usual hacer recitales de flauta solo cuando estás trabajando con música contemporánea. A mí, particularmente, me gustan mucho porque se establece una relación muy especial con la audiencia. El público está obligado a seguirte con mucha atención, y tú no tienes ningún tipo de apoyo de otros instrumentos, lo que te obliga a tener una idea muy clara de lo que quieres comunicar a los espectadores.

¿No resulta físicamente agotador actuar acompañado solamente de su flauta?

Sí, es muy exigente, porque nunca descansas. Cuando haces un concierto acompañado dejas momentos a la orquesta o al pianista, momentos que sirven para tomarse un respiro. Pero en un recital a solo no paras ni un minuto durante la hora y media que dura el concierto. Eso requiere una preparación especial, algo parecido al zen. Es necesario acudir bien descansado al recital, tanto física como sicológicamente. Yo evito las situaciones que me pueden dejar confuso o enfadado, necesito estar completamente centrado en mi recital.

Usted ganó el concurso de música contemporánea de Darmstadt cuando solamente tenía 22 años. ¿De dónde le viene esta pasión tan temprana?

A través de mi profesora Ana Morini, que era muy devota de la música contemporánea, y me enamoré completamente de ella. Además, no es algo que tú elijas, no es como que te guste Brahms o Beethoven. De la música contemporánea te quedas prendado hasta los huesos. Pero para mí fue un poco más fácil adentrarme en este mundo, porque hasta los flautistas más clásicos y académicos tienen que tocar obligatoriamente repertorio moderno, a Messiaen, Jolivet o Varèse.

¿Hasta qué punto le interesa el repertorio clásico para flauta?

Yo toco mucha música contemporánea, pero nunca he dejado de lado a Mozart. La flauta es un instrumento con el que puedes hacer una carrera de solista, incluso ciñéndote exclusivamente al repertorio clásico. Aunque claro, si comparas nuestro repertorio con el existente para piano o violín, puedes deprimirte. No tenemos grandes conciertos de Tchaikovsky, Brahms, Rachmaninov o Chopin. Sólo tenemos una pieza de Schubert y, aunque puedes pasarte la vida tocando esa pieza fantástica, al final necesitas tener más variedad. Por eso para un flautista es tan necesario contar con el repertorio contemporáneo.

¿Están los compositores haciendo buena música para flauta hoy en día? ¿Hacen evolucionar el instrumento?

Sí, por supuesto. Pero yo no estoy muy encadenado a las nuevas piezas. Raramente pido a un compositor que escriba para mí. El repertorio contemporáneo para flauta ya es enorme y no creo que sea muy necesario que se sigan escribiendo tantas piezas nuevas. Además, muchos compositores, especialmente los jóvenes, intentan hacer algo novedoso para la flauta y, en el camino, se olvidan de hacer buena música. Compositores como Doina Rotaru o Ramón Lazkano no escriben nada que sea técnicamente revolucionario para la flauta, pero hacen algo personal y ese debe ser el propósito del que surge la buena música.

¿No ha pensado nunca en escribir para su instrumento?

No. Alguna vez se me ha pasado la idea por la cabeza, pero creo que yo tengo talento como intérprete, no como compositor. Tampoco lo he intentado, así que no lo sé, pero en principio no tengo la necesidad de componer.

Usted es filósofo y poeta.

Soy un apasionado de la poesía y me doctoré en filosofía, profundizando bastante en el pensamiento de Nietzsche. Pero no en su relación con la música, que era muy importante para él, sino en sus ideas en torno al cristianismo.

¿Cómo interrelaciona su interés por la filosofía con su faceta de intérprete?

No hay una relación directa entre las dos cosas. Más bien, el poder leer filosofía a un alto nivel puede abrir tu mente y transformar tu sensibilidad. Es algo parecido a cuando cambias de gafas, ves mejor y esto transforma tu manera de percibir la realidad. Y si cambias tu percepción del mundo, por supuesto, cambias tu acercamiento a la música.

Además del concierto, ha ofrecido también unas clases magistrales en el Conservatorio de Bilbo. ¿Cómo enfoca este cometido?

En mis enseñanzas tengo una filosofía muy concreta: no separo lo clásico y lo contemporáneo, mis alumnos deben tocar Lazkano y Beethoven en igualdad de concidiones y con la misma intensidad de práctica. En estas clases magistrales en Bilbo espero haber transmitido a los alumnos que tocar un instrumento es un privilegio y que hacer música es un gran placer. Y que es muy importante adquirir la técnica que nos permita transmitir a los demás ese placer de la música.

Prosigue el Festival Klem-Kuraia

Mario Caroli fue el encargado de inaugurar en el Guggenheim el Festival Klem-Kuraia de 2010, que seguirá su curso hasta el miércoles. Hoy lunes, a las 11:00, la Facultad de Bellas Artes de Leioa acogerá una conferencia y exposición a cargo de Guy Vivien, un fotógrafo especializado en retratar a artistas, que contará sus experiencias y recuerdos sobre los músicos con los que ha trabajado. Por la tarde, el Ensemble Kuraia, organizador del festival, interpretará obras de Luis de Pablo, X. Adrien, Roberto Gerhard y un estreno absoluto del argentino Claudio Lluán. El martes, el Teatro Campos Elíseos verá el estreno de «Fusil, Cartografía liminal», un catálogo de música electrónica que contará con la actuación en directo del saxofonista Iñigo Ibaibarriaga y la voz de Ainhoa Mercero, además de videoartistas y dirección escénica. El festival terminará el miércoles, por la mañana con un simposio en la Facultad de Bellas Artes, titulado «Música, Arte Sonoro y Creación Interdisciplinaria», y por la tarde con un concierto en el Conservatorio Arriaga en el que jóvenes artistas de Musikene y la UPV mostrarán sus trabajos audiovisuales. M.C.

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