Mikel baztan oficina de cambio climático de noain
«El premio de Naciones Unidas ha sido gracias al trabajo colectivo»
Noain ha sido el primer municipio vasco en recibir el premio de Naciones Unidas a las buenas prácticas medioambientales. Mikel Baztan, responsable del Plan Municipal de Cambio Climático, acudirá el próximo mes de enero a Dubai a recoger este galardón, el más importante del mundo relacionado con los trabajos de ahorro energético y sostenibilidad.
Iñaki VIGOR |
Además del premio en metálico (30.000 dólares, equivalente a unos 22.700 euros), el galardón de Naciones Unidas es el máximo reconocimiento que se entrega en el mundo a los trabajos de ahorro energético.
¿Qué ha supuesto este premio internacional para Noain?
Supone el reconocimiento de una trayectoria colectiva, de la población, de los políticos y de los trabajadores, de un equipo que se implica, tiene conciencia de servicio público y comparte las propuestas de jardinería ecológica y sostenibilidad. Todos nos hemos ido creyendo, cada vez más, que podíamos cambiar las cosas en el día a día, en nuestro quehacer cotidiano. Somos un municipio pequeño, de sólo 7.400 habitantes, con lo que ello conlleva de menor capacidad tanto técnica como económica. Pero también hemos hecho muchas cosas, los vecinos han participado mucho, y además contamos con un gran equipo de trabajadores que siempre está al pie de la azada y de la oficina. En nuestro ayuntamiento está representado todo el arco político de Nafarroa, y el sentido común y la unanimidad ha sido la regla general en estos temas. Eso es muy importante, porque supone que esto es un patrimonio de todos los habitantes del valle y hace posible que estemos avanzando en política de eficiencia energética, en zonas verdes, educación ambiental...
El proyecto premiado es el Plan Municipal de Cambio Climático. ¿En qué consiste?
Consiste en agrupar todas las actividades que tienen una repercusión positiva sobre el clima y analizar qué nos faltaba. Ahí se enmarca la apertura de la Oficina Municipal de Cambio Climático o la nueva sede de la Agenda 21, que es el primer edificio para cuya construcción no sólo no se ha emitido CO2 sino que lo ha absorbido.
¿En qué medida se puede combatir el cambio climático desde un municipio tan pequeño?
Eso se consigue siendo responsables con lo que hacemos cada día. Tenemos que analizar qué es lo que hacemos y cómo lo hacemos. Cuando utilizamos energía para iluminar las calles, tenemos que ver si lo estamos haciendo con eficiencia, y si no, plantearnos qué cambios hay que introducir. Eso mismo nos tenemos que plantear a la hora de construir edificios, de gestionarlos, de hacer las compras municipales, de educar a nuestros hijos en este ámbito, de gestionar la jardinería, el uso del agua, el servicio municipal de transporte para evitar en lo posible el uso del vehículo privado... Hay un montón de ámbitos en los que se puede intervenir desde el Ayuntamiento. Lógicamente, al principio tendrán una repercusión local, pero nos van a permitir cambiar la cultura y el punto de vista de los ciudadanos, con lo cual va a ser más fácil que también ellos vayan cambiando. En definitiva, queremos predicar con el ejemplo, para poder extender esas prácticas a todos los ámbitos del municipio y trasladarlos a otros lugares.
¿Hay otros municipios que están adoptando estas prácticas de sostenibilidad de Noain?
En el ámbito de la Agenda 21 y de jardinería sostenible nos visitan muchos ayuntamientos para observar lo que hacemos, pedir consejo y tratar de adaptarlo a sus necesidades. Estamos encantados de recibir a todo el que venga y compartir nuestra experiencia. Del mismo modo, nosotros les pedimos que nos expliquen sus experiencias en los ámbitos que han avanzado más que nosotros, porque todos tenemos algo que aprender.
Usted es jardinero municipal de Noain desde 1997. ¿Cómo encontró entonces esta localidad?
Realmente, era un lugar muy poco agradable para vivir. Los coches dominaban absolutamente todo el espacio, no había prácticamente aceras, las zonas verdes eran muy pequeñas o estaban descuidadas, no había educación ambiental y, sobre todo, la gente no estaba orgullosa del sitio donde vivía. Nuestro objetivo es llegar a cada vecino, para que ellos sean partícipes del lugar en que viven, y que lo cuiden, lo respeten y lo valoren.
¿Y cómo ve ahora Noain, trece años después?
Todavía nos queda mucho por hacer, hasta conseguir que la mayoría de los ciudadanos tenga interiorizado la necesidad de la sostenibilidad. Pero creo que hemos avanzado bastante y hemos mejorado muchísimo en el cuidado y atención de nuestras calles, aceras, arbolado, parques, educación del alumnado, sostenibilidad, participación ciudadana y en la percepción que tiene la propia población de su localidad y de su valle. Hoy es el día en el que los habitantes de Noain pueden enseñar a sus familiares y visitantes el pueblo con satisfacción. Les pueden llevar a disfrutar del Parque de los Sentidos, mostrar Lorenea o hablar de los premios que está consiguiendo el municipio gracias a ese esfuerzo de todos.
Noain ya ha recibido quince premios relacionados con la sostenibilidad. ¿De cuál de ellos se siente más orgulloso?
Del de Naciones Unidas, sin duda, porque supone alcanzar el mayor premio mundial relacionado con el medio ambiente. Hemos competido con casi 400 proyectos de 90 países, y el hecho de que se conozca en el mapa una población tan pequeña como Noain, es importante. Pero bueno, el mayor premio es que los vecinos se sientan orgullosos de sus servicios, que se vean capaces de cuidar de su entorno y disfruten de él.
¿Qué siente en vísperas de ir a Dubai a recoger este premio?
Es como un sueño. Siento mariposas en el estómago. Este reconocimiento a nivel mundial supone redondear lo que yo esperaba de mi trabajo en la vida. Es decir, buscar algo en lo que te sientas realizado y mejorar algunas cosas.
Seguro que ya está pensando en nuevos proyectos.
Tenemos un proyecto muy ambicioso, que consiste en mejorar el paisaje del valle de Elortz. La mayor parte es un medio agrícola, con un tipo de cultivo muy extensivo. Al igual que en Noain, donde hemos generado un entorno urbano agradable, queremos hacer lo mismo en el medio rural. Se trata de un proyecto pionero que liga la recuperación del paisaje con el clima, ya que ayuda a absorber CO2 mediante buenos usos del suelo y de la vegetación. I. V.
Noain ya ha recibido quince premios relacionados con la sostenibilidad. ¿De cuál de ellos se siente más orgulloso?
Del de Naciones Unidas, sin duda, porque supone alcanzar el mayor premio mundial relacionado con el medio ambiente. Hemos competido con casi 400 proyectos de 90 países, y el hecho de que se conozca en el mapa una población tan pequeña como Noain, es importante. Pero bueno, el mayor premio es que los vecinos se sientan orgullosos de sus servicios, que se vean capaces de cuidar de su entorno y disfruten de él.
¿Qué siente en vísperas de ir a Dubai a recoger este premio?
Es como un sueño. Siento mariposas en el estómago. Este reconocimiento a nivel mundial supone redondear lo que yo esperaba de mi trabajo en la vida. Es decir, buscar algo en lo que te sientas realizado y mejorar algunas cosas.
Seguro que ya está pensando en nuevos proyectos.
Tenemos un proyecto muy ambicioso, que consiste en mejorar el paisaje del valle de Elortz. La mayor parte es un medio agrícola, con un tipo de cultivo muy extensivo. Al igual que en Noain, donde hemos generado un entorno urbano agradable, queremos hacer lo mismo en el medio rural. Se trata de un proyecto pionero que liga la recuperación del paisaje con el clima, ya que ayuda a absorber CO2 mediante buenos usos del suelo y de la vegetación.I. V. 晦